Una plaga de orugas procesionarias amenaza Hinojos

El alcalde tomará medidas «contundentes» si no se autoriza la fumigación aérea

Un niño de la localidad afectado por la oruga ABC

ROMUALDO MAESTRE

En lo que va de año se han producido 256 expedientes médicos por afección de la procesionaria en la localidad onubense de Hinojos y una vecina ha perdido la visión en un ojo. Esta oruga que habita principalmente en los pinares, se desplaza en procesión, de ahí su nombre, y desprende unos pelos urticantes que producen graves picaduras en la piel. La preocupación del alcalde, Miguel Ángel Curiel , es muy alta.

«Llevamos desde julio de este año solicitando que se fumigue de forma aérea los pinares, pero una directiva europea de 2009 lo prohibe salvo en casos de emergencia», explica el regidor. «Primero le pasamos la petición a la Consejería de Medio Ambiente , que pidió la autorización al Ministerio de Agricultura y se le denegó, pasando el tema al de Sanidad para que emitiera un informe favorable, pero aún no ha contestado», continúa Curiel.

Además, según el alcalde hinojero, «el problema es que luchamos contra el tiempo, la oruga tiene un ciclo biológico de vida y si no fumigamos antes del 15 de noviembre habremos perdido esta batalla».

El nombre viene porque se desplazan en procesión ABC

Los más afectados ante los pelos urticantes de la oruga son los niños , además de ser mortal para los perros. Como dato constatable el Ayuntamiento de este pueblo onubense, con cuatro mil habitantes, afirma que el consumo farmacéutico de antihistamínicos se ha multiplicado por ocho desde que empezó la plaga. Preguntado por la repercusión económica en esta localidad, uno de los caminos tradicionales del Rocío, y con varios campamentos de verano activos, Miguel Ángel Curiel, se muestra tajante: «No vuelven, el 90 por ciento de los niños que han estado este verano en Hinojos han sufrido un ataque de las procesionarias».

El poliderportivo está junto al pinar, como se aprecia en la imagen ABC

A esto hay que añadir la destrucción del ecosistema ya que la oruga devora las hojas de los pinos. «Tenemos 4.200 hectáreas de pinares y unas 800 presentan un aspecto deplorable, con árboles amarillentos, mustios, casi sin vida», se lamenta. «Aunque a mí lo que de verdad me preocupa es la salud de los habitantes de mi pueblo. Lo peor es el polideportivo municipal, al lado del pinar, –aclara– que si seguimos así habrá que cerrarlo por primavera» cuando se producen los picos más altos de casos.

Recogida de firmas

Hoy está previsto la recogida de firmas a las puertas del Ayuntamiento a las seis de la tarde, por lo que hace una llamada a los hinojeros para que participen, «pero si no nos dan una respuesta rápida, no le quepa duda que tomaremos medidas más contundentes», concluye el alcalde.

Orugas muertas ABC
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