ROCÍO JUBILAR

El mundo rociero sella su compromiso con la conservación de Doñana

La Hermandad Matriz de Almonte celebra un cabildo extraordinario del que emana una declaración institucional en la que se plasman las claves de la relación entre la devoción rociera y su entorno natural

Junta de Gobierno de la Matriz de Almonte y director del E.N. Doñana en el Palacio de Marismillas ABC

Miguel A. Jiménez / M. Humanes

Con motivo del 50 aniversario de la constitución del Parque Nacional de Doñana , la Hermandad Matriz de Almonte celebró el pasado 22 un cabildo extraordinario en el Palacio de Marismillas en el que se aprobó una declaración institucional que «viene a fortalecer el compromiso de los rocieros con la conservación del espacio natural» en el que la devoción mariana más universal se desarrolla y que es indispensable para su comprensión y su existencia misma. Al cabildo asistieron el director del Espacio Natural, Juan Pedro Castellano , y el presidente de Cepyme Almonte, Pedro Roldán .

La relación entre El Rocío y Doñana ha sido siempre objeto de debate, especialmente en lo que concierne a la romería y al tránsito por los caminos del entorno natural que las hermandades realizan para llegar hasta las plantas de la Blanca Paloma . En este aspecto, la Hermandad Matriz ha querido reconocer de forma oficial la labor de los responsables de Espacio Protegido por alcanzar soluciones a la circulación de un cada vez mayor número de hermanos. Del mismo modo, durante el cónclave, se reconoció «la generosidad» de las familias Noguera, González-Gordón y Campos-Peña , que además de favorecer el tránsito por espacios de su propiedad ceden áreas de pernocta y sesteo; a la Hermandad del Rocío de Triana y a la Estación Biológica .

Dentro de la declaración institucional que emanó del cabildo extraordinario, destacan una serie de puntos que vienen a poner en relieve el interés de la Matriz por «perpetuar la más plena integración de El Rocío en Doñana y viceversa». Así, además de «subrayar y proclamar» que la devoción rociera «no puede separarse, ni comprenderse, sin el entorno natural y paisajístico privilegiado» en el que se encuentra el Santuario y por el que se desarrollan los tránsitos rocieros y que «imprime carácter y personalidad propia y que llena del más pleno sentido a la experiencia rociera», no se puede entender a Doñana «sin todo lo que le aporta esta singular advocación mariana» .

Momento de la celebración del Cabildo Extraordinario en el interior del Palacio de Marismillas ABC

Hace referencia en estos puntos al legado cultural y patrimonial inherente al binomio Rocío-Doñana sobre el que han versado los últimos avances científicos encargados de la «conceptualización de los espacios protegidos» que «nos hablan de un patrimonio integral en el que se sitúan al mismo nivel los recursos naturales, culturales e inmateriales, destacando en estos últimos, los espirituales, que en el caso de Doñana están representados por la devoción rociera». Esta devoción supone «un verdadero paradigma» para la iniciativa DELOS de la Unesco , que estudia aquellos lugares de la tierra en los que convive la naturaleza con diversos cultos religiosos que le imprimen carácter.

Por otro lado, y dado que las tierras del espacio natural han sido testigo del paso de devotos y hermandades desde el siglo XIII , «El Rocío es parte fundamental de la cultura multisecular de Doñana», aportando un «valor diferencial» al entorno que ha llevado a una colaboración estrecha entre los responsables de estas realidades.

En la declaración institucional la Hermandad Matriz ha querido igualmente dejar público reconocimiento del trabajo que «desde las administraciones públicas implicadas en su conservación se viene realizando para mantener la integración de ambas realidades» para «hacer posible su protección sin menoscabo de los hechos determinantes de la experiencia peregrina que se produce» dentro de Doñana.

La Matriz considera «fundamental» seguir buscando soluciones viables que solventen las carencias en lo relativo a tránsito, sesteo y pernocta de las hermandades sin dejar de lado «la expansión creciente de la devoción rociera, los favores de seguridad cada vez más estrictos y la no desnaturalización de los tránsitos»; así como la obligación y el compromiso de los rocieros por «contribuir y favorecer» la conservación de este espacio «por convicción, pero también en justa reciprocidad con el compromiso expresado por las administraciones públicas» para que no se produzca «una disociación de ambas realidades» ni se pierda «la comunicación de la experiencia religiosa con el marco natural en el que se desarrolla».

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