Laura Luelmo, Cecilia y las otras víctimas del asesino confeso Bernardo Montoya

Laura Luelmo es la segunda mujer muerta a manos de Bernardo Montoya , según ha confesado él mismo . La primera fue una anciana de más de 80 años y llamada Cecilia a la que mató con un cuchillo en 1995 en el pueblo donde vivía entonces con su familia, Cortegana. A Ambas, Laura y Cecilia , pudo unírseles una tercera mujer, a la que atacó durante un permiso penitenciario, aunque ella finalmente pudo repeler el ataque .

De Laura Luelmo se conocen hoy día, por desgracia, muchas cosas debido a que su vida se cruzó con la de Bernardo. Nacida en Zamora, estudió Bellas Artes. Dibujante, fotógrafa, comprometida...aceptó la plaza de profesora en un instituto de Nerva. Alquiló una casa en El Campillo y ahí tuvo la mala fortuna de coincidir con Bernardo Montoya.

De Cecilia , la anciana a la que mató a mediados de los años 90 se sabe poco. Que era una vecina en la localidad onubense de Cortegana y que, en 1995, tuvo también la mala fortuna de que Bernardo Montoya decidiese entrar a su casa a robar. Cuando el hombre estaba dentro de su casa, ella le sorprendió y se resistió, así que él la apuñaló en el cuello y huyó. La mujer, aunque herida, sobrevivió y denunció ante la Guardia Civil a Bernardo .

Montoya fue arrestado y puesto en libertad a la espera de juicio. Y aprovechó esas horas fuera de la cárcel para ir a casa de Cecilia y apuñalarla hasta la muerte. Primera víctima.

Tras pasar muchos años en la cárcel , Bernardo salió de permiso en 2008. Ya vivía en El Campillo, donde sus padres habían comprado unas viviendas para huir de Cortegana, donde no eran bienvenidos. Allí, paseando, se cruzó con una chica de 27 años en un parque. Ella iba acompañada de su perro . Él se abalanzó contra ella con un cuchillo para intentar agredirla. Ella se defendió y consiguió escapar, aunque Bernardo se lanzó varias puñaladas, que alcanzaron al perro. Segunda víctima ... frustrada.

El tercer caso es el más reciente. Se trata de Laura Luelmo . La zamorana, que acabó viviendo en El Campillo, a menos de cinco metros del asesino Bernardo Montoya, en una casa que, de hecho, había sido de la familia de su asaltante confeso . Su vida se cruzó y él ha reconocido que acabó con su vida e intentó abusar de ella. Tercera víctima de Bernardo. Segunda muerta a sus manos.