Día de Andalucía 2019

Huelva: Al rescate del Banco de España

La ciudad onubense quiere recuperar el emblemático edificio, cerrado y sin uso desde 2004, que será reformado para albergar el futuro Museo Arqueológico

Edificio del Banco de España en Huelva, que será convertido en Museo Arqueológico

M. R. Font

Blindado de miradas externas por un vallado metálico, el estruendo de las máquinas y el goteo de operarios de ida y vuelta, dan fe de que algo ha comenzado a moverse en el olvidado Banco de España de Huelva desde que se le echó el cerrojo en 2004, más allá de las promesas de recuperación que prescribían en cada campaña electoral.

Arrancan las obras de rehabilitación del emblemático edificio , ubicado en uno de los privilegiados rincones de la Plaza de las Monjas de la capital, después de quince años con las puertas cerradas a cal y canto, mientras las administraciones, especialmente la Junta , parecían hacer quinielas sobre su finalidad cultural y reapertura que nunca llegaron a sellarse.

El rescate para Huelva del Banco de España se presenta como uno de los proyectos de cabeza en este 2019 por la demanda ciudadana y relevancia para la ciudad. Llega marcado por los comicios andaluces del 2D. Primero, porque después una espera que no tocaba horizonte, las obras comenzaron a tres días de la cita en las urnas y, después, con el cambio de Gobierno en Andalucía , el proyecto para convertirlo en Museo Arqueológico.

Desde la Consejería de Cultura se aclara que es pronto para saber si se introducirán cambios en la estructura y el plan diseñados para el edificio, que de momento se están estudiando.

La recuperación del edificio para su puesta en marcha como Museo Arqueológico supone una inversión que supera los 12 millones de euros, incluida la adquisición del edificio por la Junta de Andalucía, y más de cinco millones de euros destinados a las obras y medidas de seguridad, con financiación de Fondos Feder .

El edificio que albergará al Arqueológico está levantado precisamente en una de las zonas de alto interés arqueológico de la capital onubense, cuyas entrañas guardan el paso de civilizaciones, en la que se han encontrado estructuras de miles de años y edificaciones romanas que hablan, según los expertos, de una intensa actividad en ese punto de la ciudad en el siglo I d. C. El proyecto aprobado, que respeta las fachadas interiores y exteriores -dejando entrar más luz-, permite ganar superficie para las exposiciones y el futuro museo contará con más de 1.300 metros cuadrados.

Según el calendario previsto (y conocido hasta el momento, salvo variación del proyecto o parón por citas electorales), abrirá sus puertas en 2021 y convivirá con el existente en la Alameda Sundheim, que se convertirá en Museo de Bellas Artes. Antes del comienzo de las obras, desde la Junta se pidieron al Ministerio de Cultura fondos arqueológicos que se encuentran en el Prado para su traslado a Huelva.

Después de años de letargo, los primeros pasos sobre seguro para su rescate, con avances más allá de intenciones, comenzaron a producirse hace casi tres años, tras una lucha sin descanso de la Asociación de Amigos del Museo Onubense , que lideró una campaña reivindicativa para que la construcción se convirtiera en «Tartessos», el Museo Arqueológico de Huelva .

La voz de Amigos del Museo consiguió abrirse paso hasta el Pleno del Ayuntamiento vía moción en la primavera de 2016 y logró el consenso de todos los partidos con presencia en el Consistorio .

Poco después, en otoño de ese mismo año, el Parlamento andaluz daba luz verde a la declaración de la construcción, de estilo neoclásico, construido en los años 30 del siglo XX y obra del arquitecto José Yarnoz Larrosa, como Bien de Interés Cultural (BIC). En 2017, el Consejo de Gobierno aprobaba la inscripción de la fachada en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz con la tipología de Monumento.

El Banco de España , una singular edificación de casi 3.500 metros cuadrados distribuidos en cuatro plantas -que fue levantado en la II República e inaugurado en 1938-, fue adquirido en 2007 por la Junta a la Sociedad Estatal de Gestión Inmobiliario de Patrimonio por 3,7 millones euros.

Entonces, se produciría un silencio que prolongó varios años hasta que la declaración de Bien de Interés Cultural del simbólico edificio movió los cimientos de las administraciones.

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