PARQUE NACIONAL DE DOÑANA

El guardián de los misterios del Palacio del Acebrón

José María Galán, guía de Doñana desentraña en tres libros los enigmas de uno de los edificios más desconocidos del Parque Nacional

José María Galán ha estudiado los enigmas del Palacio del Acebrón construido en los años 60 del pasado siglo.

MIGUEL ÁNGEL JIMÉNEZ

Para José María Galán Doñana constituye su único cosmos. Su vinculación con el Parque Nacional nace a muy temprana edad en un bar que sus padres regentaban en Matalascañas . Es en aquel lugar dónde entra en contacto con los primeros biólogos que se acercaban a un recién proclamado Parque Nacional, entre ellos, un personaje cuyo nombre en nuestro país es sinónimo de naturaleza salvaje: Félix Rodríguez de la Fuente.

De la mano de estos biólogos y de su amistad con los hijos de los antiguos guardas que habitaban el interior del Parque Nacional, surge su pasión por el paraje natural más importante de Europa, lo que le llevó en 1992 a convertirse en guía, interprete e informador con dedicación exclusiva al programa de formación y a los centros de interpretación de Doñana.

Pero no es hasta el año 2001 que José María toma contacto directo con el Palacio del Acebrón , una mansión de estilo neopaladiano irlandés que provoca a primera vista de los visitantes perplejidad y desconcierto a partes iguales, al constituir una auténtica excentridad dentro del entorno. El relevo generacional de la plantilla de trabajadores del Parque lo llevan a ocupar la vivienda anexa al palacio para dotar al recinto de un mínimo de vigilancia. Durante diez años, a preguntas de los visitantes, Galán se limitó a repetir como un mantra lo que había oído de boca de los lugareños: "el Palacio fue construido por un hombre de la Palma del Condado , empezó con los suelos de mármol, terminó con el techo de uralita y se arruinó". Nada más se cuestionó a lo largo de estos años sobre el enigmático lugar que desde inicios de siglo se convirtió en su hogar, hasta que en 2011 la visita de un amigo le hace abrir los ojos y replantearse el verdadero significado de la edificio.

" Mario sabía hacer las preguntas adecuadas, esas preguntas que llevan implícitas una respuesta", comenta Galán. "Me preguntaba qué hacía aquel Palacio tan extraño en medio de un entorno como aquél, cuál era su verdadero significado", recuerda el guía. "Empecé a cuestionarme el verdadero sentido de la construcción del Palacio, algo que no había hecho hasta ese instante, pues había dado por buenas las explicaciones que desde hacía décadas venía escuchando", explica.

Es en ese mismo momento cuando éste almonteño decide encontrar una respuesta a todas esas preguntas, y empieza a mirar el Palacio del Acebrón con otros ojos. Comienza aquí, una larga labor de investigación que tiene como fundamento el homenaje a aquel amigo –fallecido en accidente de tráfico en Costa Rica , el 2 de enero de 2012- que con sus preguntas desveló a Galán el enigma que encerraba el lugar donde vivía.

"Hice una descripción del edificio y con ella un catálogo de símbolos, entonces comprendí que la mayor parte de ellos eran susceptibles de ser utilizados desde una perspectiva esotérica ", continúa Galán. Incapaz de desentrañar el significado de aquellos elementos, Galán acudió a una jornadas sobre simbología que impartía la Universidad de Huelva , lugar en el que entra en contacto con varios masones, a los que explica las singularidades del edificio. Éstos pronto confirman a Galán que efectivamente el Palacio de una forma muy sui generis debido probablemente a la represión que sufrían los masones durante la dictadura de Franco – la construcción del palacio se lleva a efecto en 1961 - , ofrece una serie de elementos que coinciden con las características de una antigua logia masónica.

La propia orientación del edificio, la flamas que rodean su azotea, el águila bicéfala y sin corona de su chimenea, la ubicación de la capilla o las iniciales LEF en el frontispicio del palacio son algunos de los símbolos más evidentes, aunque hay otros más difíciles de percibir por el ojo no iniciado: como la aparición de patrones dentro del conjunto aquitectónico con el número tres y los múltiplos de once, la simbología en la talla de algunos de sus muebles o los frescos de sus techos. Aunque Galán se reserva otros muchos misterios del palacio que se incluirán dentro de una obra literaria que verá la luz a finales del próximo mes de junio.

En sus libros, Galán reúne fotografías antiguas del palacio e incluso correspondencia personal del artífice de la construcción, Luis Pedro Espinosa Fontdevilla, un personaje que en palabras del guía "encierra a lo largo de su vida tantos o más misterios que el propio palacio", enigmas que no quiere desvelar hasta la publicación de su obra. Con este trabajo, Galán espera que el lector reviva su propia experiencia: "quiero que mi obra sea un camino de iniciación que permita a los futuros lectores ir desentrañando uno a uno los misterios del Acebrón".

El capricho de Luis Pedro Espinosa Fontdevi lla.

Luis Espinosa propietario inicial del Palacio del Acebrón, nació en Almonte a principios del siglo pasado. De padres viniteros, Espinosa heredó una amplia fortuna familiar, gracias a la que pudo cursar sus estudios en Los Maristas de la capital onubense. De 1930 a 1940 no existe ninguna referencia que explique que fue de la vida de Espinosa. No es hasta mediados de siglo, cuando se instala en su casa de La Rocina – actualmente centro de interpretación del Parque Nacional – cuando se vuelven a tener noticias del personaje. Prohombre del régimen en la zona, mantenía una relación directa con Franco , lo que hace más enimágtico que Espinosa concibiese un edificio plagado de simbología masónica. Espinosa viajó a lo largo de su vida a destinos tan dispares como Egipto, Turquía o Alemania. Los lugareños hablan de una personalidad compleja, volátil, desconcertante, pero también de gran generosidad, obsequiando a la población local cada Navidad con el suministro de mantas, botas de agua o juguetes para los más pequeños. En 1961 Luis Pedro Espinosa finaliza la construcción del Palacio del Acebró n, una mansión de estilo neopaladiano irlandés que hoy constituye uno de los centros de interpretación del Parque Nacional de Doñana , en un conjunto que incluye un amplio jardín, una capilla y un lago artificial.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación