Baño de luz, alegría y tradición para los Reyes de España
Don Felipe y Doña Letizia inauguran el congreso por el 50 aniversario de Doñana y visitan a la Virgen del Rocío en Almonte
Almonte se ha mostrado hoy tal y como es para recibir a los Reyes de España : un municipio alegre, como han ejemplificado los miles de personas que desde bien temprano esperaban la visita de los monarcas; comprometido con sus tradiciones y su patrimonio , del que son emblemas la devoción rociera y el Parque Nacional de Doñana ; y tolerante y respetuoso, acatando en todo momento las normas de seguridad establecidas para la visita real y atendiendo las instrucciones del personal de la Casa Real y de la Guardia Civil, que desde la jornada anterior vigilaban los lugares por los que se desplazarían los Reyes.
A su llegada al municipio onubense, Don Felipe y Doña Letizia han encontrado, en primer lugar, un congreso científico organizado en un edificio de diseño vanguardista perfectamente integrado en el paisaje tradicional de un pueblo blanco de Andalucía , el teatro Salvador Távora, a donde han llegado pasadas las 11:30. En el vestíbulo del teatro, decenas de medios de comunicación recogían el saludo, uno por uno, a los trabajadores del Parque Nacional de Doñana, de la Estación Biológica y entidades y organizaciones relacionadas con el espacio natural, así como alcaldes y otros representantes de la comarca.
Minutos antes habían recibido también el saludo del presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla , que ha asistido al congreso con la consejera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, Carmen Crespo.
A continuación, y antes de inaugurar oficialmente el congreso «Doñana, 50 años de Parque Nacional», con el que la Junta de Andalucía da por concluida la celebración del aniversario del parque , los monarcas se han hecho una foto con todos los trabajadores de Doñana, un momento que ha culminado con un sonoro «Viva el Rey».
Tras la sesión inaugural los Reyes se han desplazado hasta la Plaza Virgen del Rocío de Almonte . Allí se sitúan, con pocos metros de diferencia, el Ayuntamiento de la localidad y la Parroquia de la Asunción. En el Consistorio, Don Felipe y Doña Sofía han sido recibidos por la alcaldesa, Rocío del Mar Castellano , quien ha hecho entrega al Rey del bastón de mando de la localidad, símbolo del gobierno y la autoridad que Don Felipe ha devuelto antes de partir de la villa.
Tras el saludo en el Ayuntamiento, los Reyes se han dispuesto a izquierda y derecha de la plaza, coronada por la catedral efímera, emblema de la Venida de la Virgen a Almonte, y han saludado a todos y cada uno de los ciudadanos que les esperaban. Se han hecho fotos, han tomado bebés en sus brazos y no han escatimado en muestras de cariño ante un público que les vitoreaba y ondeaba banderas de España, las mismas que colgaban de los balcones y de la fachada de la iglesia.
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Durante todo el trayecto las campanas de la parroquia han repicado frenéticas y los tamborileros de la Escuela de la Hermandad Matriz han acompañado los pasos de los monarcas hasta el porche de la iglesia, a donde han llegado junto a la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, entre otras autoridades. Allí han sido recibidos por el obispo de Huelva, José Vilaplana , el presidente de la Hermandad Matriz de Almonte, Santiago Padilla , el párroco de Almonte, Francisco Jesús Martín Sirgo y el vicario parroquial, José Antonio Calvo .
En el interior de la parroquia, la Virgen del Rocío, toda luz en la penumbra del templo, ha recibido a los Reyes de España por primera vez en la historia de Almonte, que celebra el Año Jubilar rociero con motivo de su Venida a la villa. El momento más emotivo de la jornada ha llegado con los vivas al Rey, a España y la Virgen del Rocío con los que se ha coronado una hermosa Salve interpretada por el Coro de la Hermandad Matriz de Almonte.
Tras permanecer unos instantes en el interior de la iglesia, los Reyes han vuelto a la plaza y han saludado de nuevo a algunos vecinos más antes de subir al vehículo oficial y despedirse de un pueblo que ha arropado con ejemplaridad al jefe del Estado y ha dado la mejor versión de sí mismo en una jornada con indudable ambiente primaveral.
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