Tribunales
Condenan a una explotación ganadera por vertidos tóxicos en plena Sierra de Huelva
El titular de la finca, ubicada en Cumbres Mayores, vertió purines en su zona que afectaron a aguas subterráneas y a un pozo
El juzgado de lo Penal 1 de Huelva ha condenado a dos años de cárcel por vertidos de purines con riesgo para la salud humana - calificado como delito contra el medio ambiente - e inhabilitación especial para el ejercicio de profesión relacionada con la gestión de explotaciones ganaderas durante un año al titular de una finca ubicada en Cumbres Mayores , denominada Cebadero Cerca.
Según la sentencia de conformidad, a la que ha tenido acceso ABC, a partir de diciembre de 2013 pero con episodios puntuales en años precedentes (2008 y 2009), desde esta explotación se realizaron vertido de purines de forma descontrolada , por incumplimiento de la normativa por parte del ahora condenado, que sólo tenía autorizada una balsa impermeabilizada de 384 m3 para la recogida de los mismos. Estos residuos tienen carácter tóxico y destructor del oxígeno necesario para la vida anima, y por la presencia de microorganismos constituyen un foco potencial de transmisión de enfermedades para las personas que consuman el agua afectada.
Los vertidos se produjeron porque la explotación, de tres hectáreas de superficie y que albergaba a 695 cabezas de ganado porcino, tenía desde meses antes dos balsas hormigonadas rebosantes de purines y otras dos realizadas directamente sobre la tierr a, sin ningún tipo de autorización y sin impermeabilizar, que provocaron la filtración y el vertido. En época de lluvias, los residuos alcanzaron las fincas colindantes , entre ellas Las Hoyuelas-La Bejarana, se filtraron al dominio público hidráulico , a aguas subterráneas y barranco del Río Frío, concreta la Fiscalía de Medio Ambiente.
Además se vertieron hasta 2014 en fincas próximas a la suya, sin que constara autorización legal ni el Plan de Gestión de estos residuos, que se exige para su depósito. El acusado llegó a encargar a un empleado en enero de ese mismo año que vertiera purines con un tractor y una cuba en las fincas colindantes con su explotación y realizó zanjas para que los vertidos no siguieran su cauce natural, sino que afectaran directamente a una de las fincas vecinas.
Sólo tras el inicio de la causa penal, el condenado solicitó las licencias preceptivas para las nuevas balsas y las autorizaciones también preceptivas para el vertido de purines como abono-fertilizante.
En los informes del Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche no consta una grave afectación del medio natural, por la capacidad de autodepuración de los terrenos afectados y el cese de los vertidos al menos desde el inicio de esta causa penal.
Sin embargo, según las periciales del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses de Sevilla (INT), los vertidos afectan al pozo de una finca colindante que se usa para consumo humano y han producido por la concentración de microorganismos fecales, efectos perjudiciales en su salud (afecciones estomacales con diarreas y vómitos, así como consumo de ansiolíticos). Además, han requerido continuas reparaciones de las bombas de extracción (por un importe al menos de 5.010,80 euros) y la cloración del agua del pozo para permitir su consumo.
El titular de la explotación ya consignó unos 8.010 euros como pago de la responsabilidad civil y llegó a un acuerdo con el perjudicado para el pago de otras cantidades y costas.
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