ABANDONO DE INSTALACIONES
Campo de Golf de Matalascañas: un riesgo para la fauna y el ser humano
El estado de abandono de la infraestructura y la presencia de balsas de agua podrían provocar nuevas muertes como la ocurrida a un lince la semana pasada
Lo que antaño fueran bonitos lagos y estanques artificiales en el seno del que se dio a conocer como el primer campo de golf «ecológico» de España se han convertido, casi dos años después del cierre definitivo de las instalaciones, en un «sumidero atractivo» para la fauna del entorno de Doñana tal y como ha demostrado el hallazgo, el pasado miércoles 11 de julio, de un ejemplar macho de lince ibérico muerto , todo indica que por ahogamiento.
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Desde el Proyecto Life+Iberlince se confirmaba la noticia el pasado 17 de julio, aunque los responsables de WWF preguntaron por el incidente en la última reunión del Consejo de Participación de Doñana , celebrada el pasado viernes. La administración admitió el suceso, pero dijo estar a la espera de los resultados de la necropsia, para cuya realización habían enviado al ejemplar al CAD, el Centro de Análisis y Diagnóstico de las Especies Silvestres , situado en Málaga, que continúa realizando análisis complementarios porque la necropsia, según publica el Proyecto Life+Iberlince, no es concluyente.
En cualquier caso, tal y como indica Felipe Fuentelsanz , representante de WWF, el episodio no tiene nada de raro. «El campo de golf está abandonado y eso hace que allí haya muchos conejos y además hay agua» , lo que se une al hecho de que los linces, «en épocas de dispersión, van buscando comida y nuevos territorios». El problema está en las balsas, de las que es «muy difícil salir una vez se ha entrado». E igual que le ocurre a un lince, le puede ocurrir a una persona, especialmente a un niño, teniendo en cuenta que a pocos metros del campo de golf se encuentra una infraestructura deportiva frecuentada por menores y el acceso a la zona abandonada es libre, según denuncian los vecinos del núcleo costero almonteño.
Lo corrobora su compañero Juanjo Carmona , que advierte que los linces –y otras especies- solo tienen que cruzar una carretera para acceder al campo de golf, «donde hay pastos, bastantes conejos y no hay molestias». Sólo 20 metros separan el lugar del hallazgo del cadáver del lince de la Estación Biológica de Doñana , y según otras fuentes, también han caído en las balsas perros y gatos.
Precisamente la introducción del conejo fue uno de los argumentos utilizados para reforzar el concepto de «ecológico» con el que se pretendió suavizar la construcción de un campo de golf en pleno Doñana. En estas instalaciones, a diferencia de en el parque, donde no hay conejos a pesar de las grandes cantidades económicas invertidas para tal fin, esta especie sí que ha proliferado.
El otro gancho fue el riego, basado en el uso de aguas recicladas procedentes de la depuradora de Matalascañas , algo que terminó siendo un problema ya que la «pésima calidad de las aguas» provocó, según la propia empresa arrendataria, Doñana de Silva Golf, SLU , «situaciones que rozaban el altercado público» con los vecinos, a causa de los olores que emanaban de las aguas de riego. Esto terminó con la historia de una infraestructura que costó al erario público almonteño siete millones y medio de euros en los tiempos de Francisco Bella y que hoy es un secarral cuya imagen solo se ve aliviada por las balsas de agua que sirven de criadero de mosquitos .