Aluvión de empadronamientos en dos pueblos agrícolas de Huelva
Palos y Lucena son los municipos onubense con mas peticiones de avecinamiento, según los registros municupales
En los principales pueblos agrícolas de la provincia de Huelva , desde Lepe a Almonte, las solicitudes de registro de temporeros inmigrantes desde que finalizó el estado de alarma han llevado al límite la capacidad de algunos ayuntamientos, los de los municipios en los que corrió como la pólvora el bulo de que entrar en el padrón era garantía para acceder al Ingreso Mínimo Vital (IMV).
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Ocurre así en Palos de la Frontera , donde desde el pasado junio se comenzaron a formar a diario colas interminables de trabajadores inmigrantes, incluso de mujeres contratadas en sus países de origen según el Consistorio, y de otras personas llegadas de distintos puntos de la provincia para solicitar el empadronamiento. Los últimos datos de ese Consistorio, que califica de «avalancha» la situación que se ha registrado, elevan hasta 700 las solicitudes recogidas y en trámite . El aluvión de peticiones llegó también a Lucena del Puerto, donde se cuentan por centenares los expedientes de solicitudes que el Ayuntamiento tiene en estudio, entre los que se ha detectado la llegada de demandantes del registro en el padrón procedentes de Lérida, Zaragoza, Murcia o Alicante .
Incendios de chabolas
«En Lucena ya el pasado marzo pedimos ayuda humanitaria y apoyo al Gobierno. Con 500 o 600 personas todos los días en la calle , pasamos el confinamiento como pudimos y gracias al trabajo de la Guardia Civil», lamenta el alcalde, el independiente Manuel Mora. Aquí se ha registrado uno de los incendios de asentamientos chabolistas que han dejado en la calle a cientos de inmigrantes en las últimas semanas. Un informe de la Guardería Forestal de la Junta, realizado a comienzos de año, cifró en 1.500 personas los inmigrantes de los poblados de la zona, que el regidor eleva hasta los 3.000 en los meses punta de la campaña agrícola.
El Ayuntamiento está levantando «los negocios» que afirma había en la zona y echando abajo las chabolas que han quedado desocupadas. Esta semana, el Consistorio de Lucena - señala su regidor- ha comunicado la situación por quinta vez a la Subdelegación del Gobierno y no ha tenido respuesta. En muchos casos, afirma, «estas personas no han querido las viviendas que los empresarios les ofrecen» y optan por vivir en los poblados.
Palos de la Frontera y Lucena del Puerto concentran el mayor número de solicitudes de empadronamientos, mientras que en los restantes pueblos agrícolas la evolución ha sido diferente, sin incremento alguno y con datos de evolución similares a los de años precedentes. En Lepe, municipio al que se ha desplazado el Ejército de Tierra por orden de Defensa para levantar un campamento (rechazado después por falta de seguridad) tras los incendios en los asentamientos, se han registrado 80 solicitudes de empadronamiento desde que finalizó el estado de alarma, de las que 70 son por movilidad. La cifra es similar a la de 2019.
Una situación parecida se da en Cartaya, donde el Ayuntamiento afirma que no se ha percibido la demanda de población inmigrante. Aquí, se anotan 137 peticiones de empadronamiento (diez son por nacimientos), frente a las 108 que se contabilizaron el año pasado. El trabajo en el campo en Cartaya se caracteriza por «la fidelización» de los trabajadores en las empresas.
«Los agricultores hacen lo posible por mantener a sus plantillas de un año para otro», aclaran desde el Consistorio, de manera que hay una población «muy estable» de temporeros y la mayoría está empadronada. En Almonte, fuentes municipales indicaron que no se ha registrado incremento en el padrón respecto al pasado año , aunque sí se asiste a una sobrecarga de trabajo en el departamento correspondiente a consecuencia de los meses de parada o bajada de ritmo en el trabajo durante el confinamiento. En Moguer, los datos que maneja el Ayuntamiento tampoco evidencian ningún incremento ya que durante el confinamiento ha estado limitado el servicio por el Covid-19.
