Parque Nacional de Doñana

Almonte se queda esperando su Saca de las Yeguas

La Covid-19 deja a la villa sin otra de sus grandes tradiciones, muestra de usos ganaderos ancestrales y polo creciente de atracción turística

Un yegüerizo arrea una tropa ante las puertas del Santuario de la Virgen del Rocío Miguel A. Jiménez

Miguel A. Jiménez / M. Humanes

La Saca de las Yeguas constituye otra de las señas de identidad de un municipio tan rico en tradiciones como es Almonte y en este 2020, el año de la gran pandemia de la era actual, es la enésima cita aplazada para cuando vengan tiempos mejores.

A estas alturas, en circunstancias normales, los yegüerizos saldrían de la marisma, tras varios días recogiendo el ganado, camino del Rocío para ser bendecidas en la puerta del Santuario Nacional . Allí se han venido congregando cada año más visitantes, con la intención de vivir un espectáculo sobrecogedor: el de cientos de yeguas y potrillos girando en la explanada frente a la ermita, organizados en tropas, antes de emprender el camino hacia Almonte. Hoy, contra todo pronóstico, ni siquiera la Blanca Paloma está en su templo.

Al llegar a Almonte , ya por la tarde, el pueblo bulliría de vecinos y visitantes, ocupando las mejores esquinas, aquellas en las que es más impresionante ver llegar las tropas a toda velocidad en dirección al recinto ganadero Huerta de la Cañada. El Chaparral, Héroes de Baler, la esquina de la Ermita del Cristo… niños en los hombros de sus padres saludando a los protagonistas del día, los yegüerizos, que también se esfuerzan por transmitir de generación en generación una tradición que es fundamental a la hora de preservar una raza en peligro de extinción.

Una vez en el recinto ganadero , el ganado sería objeto de faenas ganaderas tradicionales como la tuza y el marcaje, tareas ancestrales destinadas a mejorar el estado de los animales y a prepararlos para su venta.

En los últimos años, la Asociación Nacional de Criadores de Ganado Marismeño , que custodia tanto la raza equina marismeña como la tradición de la Saca de las Yeguas, ha venido realizando notables mejoras en materia de bienestar animal y también a la hora de impulsar una feria ganadera que, al margen de la Saca, vivía horas bajas.

Sin embargo, el año pasado el recinto ganadero Huerta de la Cañada vivió días de gran afluencia de público, atraído por las actividades paralelas organizadas por la asociación , como conferencias, un concurso morfológico, y concursos de doma vaquera y de enganches, combinados con stands comerciales y una oferta de restauración y animación que consiguieron atraer la atención de muchos aficionados.

Todo eso tendrá que esperar hasta que el mundo supere la pandemia. Pero mientras tanto, el ganado debe recibir los cuidados apropiados, por lo que la Asociación Nacional de Criadores de Ganado Marismeño ha dispuesto un calendario de trabajos que comenzarán el fin de semana del 22 de agosto hasta el 13 de septiembre, sólo los fines de semana, en los que los ganaderos acudirán a la marisma organizados por zonas para dispensar a las reses los tratamientos precisos para su bienestar e identificación.

Esta es la segunda vez que Almonte no ve llegar a sus yegüerizos comandando tropas de equinos en más de 500 años, cuando en 1504, el duque de Medina Sidonia reguló esta tradición ordenanza mediante. La primera vez fue en 2017, a cuenta del conflicto con las administraciones ante la expulsión de las yeguas almonteñas de la Marisma Gallega de Hinojos y la falta de soluciones ante esta situación.

En aquella ocasión, el desfile de equinos fue sustituido por una multitudinaria manifestación en protesta por el desamparo que sentían entonces los ganaderos. Hoy, sin embargo, el pueblo seguirá con el ralentí en el que vive sumido desde que comenzó una nueva normalidad que de normal no tiene nada.

Una imagen inaudita

La Saca de las Yeguas coincide en el calendario con la festividad de San Pedro , patrón de Almonte, en cuyo honor se celebra –pandemias aparte-, una notable feria a la que la tradición ganadera dio origen.

Estos días, que en condiciones normales debería protagonizar en exclusiva el apóstol, están siendo escenario para una imagen inaudita: la de San Pedro compartiendo espacio y tiempo con la patrona de la villa, la Virgen del Rocío , que a estas alturas debería ocupar su camarín en el Santuario Nacional de la aldea almonteña, pero cuya marcha fue impedida por la crisis de la Covid-19.

Ambos presidirán, a partir de hoy a las 20:30, el triduo en honor a San Pedro organizado por la asociación parroquial, y ofrecerán una imagen histórica en el interior de la Parroquia de la Asunción, donde la Blanca Paloma espera para poder regresar al Rocío.

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