Almonte, faro del rociero
Con la celebración de la Candelaria se supera el ecuador de la estancia de la Virgen del Rocío en la villa de la que es Patrona
Es un chorreo incesante . Da igual el día de la semana o la hora del día. Llegan en autobuses o en sus coches particulares, caminan por las calles de un pueblo que trata de mantener la normalidad , preguntan a sus gentes por tal o cual restaurante, por un aparcamiento y, sobre todo, por la iglesia. Porque es allí a donde se dirigen invariablemente todos: a verla a Ella, que desde agosto cambió su paisaje de cal y marismas por el recogimiento de la parroquia de la Asunción de Almonte , el pueblo condal de la que es Patrona y al que pertenece la aldea que lleva su nombre.
Con la Venida de la Virgen del Rocío a Almonte ha cambiado el eje sobre el que pivota la devoción rociera unos kilómetros al noroeste y, especialmente los fines de semana, la villa es un hervidero de peregrinos. Esto no significa que El Rocío no reciba visitantes, ni muchísimo menos . Es costumbre que las hermandades que peregrinan cada domingo hasta los pies de la Blanca Paloma, y con ellas, cientos de rocieros, acudan a la aldea después de ver a la Virgen y asistir a la misa.
De hecho, el Ayuntamiento de Almonte volvió a activar el fin de semana pasado el dispositivo concebido para garantizar la seguridad de los peregrinos en caso de grandes concentraciones , que restringía el aparcamiento en toda la aldea.
Al final, las condiciones climáticas adversas aguaron la peregrinación extraordinaria más multitudinaria del año, la de Triana, Pilas, Villanueva del Ariscal y Gibraleón , que tuvieron que suspender o variar sus actos previstos la jornada del sábado, pero pudieron disfrutar de un magnífico día de peregrinación el último domingo de enero, cumpliendo así uno de los compromisos que adquieren las hermandades al convertirse en filiales de la Matriz.
Llegada de peregrinos
Como es lógico, la afluencia de peregrinos depende la antigüedad de la hermandad que acude y del número de hermanos que concita. Triana es una de esas hermandades que mueven una multitud, pero a lo largo de estos meses se han producido otros momentos en los que la Parroquia de la Asunción se ha quedado pequeña, como las fechas navideñas o la celebración de las guardias abiertas, cuando se puede acceder a la iglesia durante toda la noche para acompañar a la Virgen, un privilegio reservado, el resto del tiempo, a los almonteños hermanos de la Matriz.
La festividad de la Candelaria celebrada el pasado fin de semana, que recuerda la presentación de Jesús en el templo, ha sido sin duda otro de esos momentos y el que marca, de algún modo, el ecuador de la estancia de la Blanca Paloma en Almonte . Si bien la bendición y presentación de los niños ante la Virgen del Rocío despierta un enorme interés, en Almonte se ha vivido con especial intensidad teniendo en cuenta que, como ha destacado el presidente de la Matriz, Santiago Padilla, el rito solo tiene lugar en la villa una vez cada siete años.
La catedral efímera ha sido, por tanto, el lugar bajo el cual se han desplegado cientos de padres con sus pequeños a la espera de poder tocar el manto de la Virgen , y la construcción que simboliza como nada una tradición que poco a poco ha ido trascendiendo lo local para alcanzar la misma universalidad que la propia devoción rociera. Aún será testigo de más momentos emotivos, de peregrinaciones tan señaladas como las de Huelva o Sanlúcar de Barrameda , hasta llegar a la procesión de la Virgen por las calles de Almonte justo antes de regresar a su casa en El Rocío , donde volverán a dirigirse las miradas y los corazones de los cientos de miles de devotos.
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