Se agrava la guerra interna en Huelva por la sucesión de Caraballo y el control del partido
Dimite Ignacio Caraballo como presidente de la Diputación Provincial
El secretario general del PSOE de Huelva y presidente de la Diputación Provincial, Ignacio Caraballo, cerraba ayer capítulo a nueve años al frente del organismo provincial tras hacer oficial su dimisión, una decisión que ha venido empujada por su situación judicial.
La renuncia, esperada desde hace semanas por los críticos con su gestión a raíz de su imputación (por un presunto delito de cohecho) en el conocido caso Aljaraque y, en el ámbito orgánico, por su enfrentamiento, de la mano de su cuñado, el parlamentario Mario Jiménez, con la corriente que lidera la secretaria general de Andalucía, Susana Díaz, se ha precipitado finalmente por un nuevo frente en los tribunales.
De hecho, la marcha se produce días después de que el mismo Caraballo anunciara que había declarado ante el Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Huelva por una denuncia presentada por una ex militante socialista –con la que supuestamente mantuvo una relación– por «presunto acoso psicológico y sexual», según confirmó ABC.
«Ha sido una decisión muy dolorosa y en el afán de no manchar el nombre de la institución», manifestó el dirigente socialista en una nota a los medios tras presentar su renuncia en el registro de la Diputación.
Motivos personales
En el escrito, alega «motivos personales» para dimitir, en el marco de «un ejercicio de responsabilidad» ante la institución a consecuencia de «la campaña de acoso constante» de la que afirma sentirse objeto. «Se trata de una decisión profundamente meditada y que tenía prevista hace ya bastante tiempo , al ser consciente de la necesidad de un relevo generacional y que se ha visto precipitada debido a que la campaña anteriormente mencionada, no solo se ha ceñido al ámbito político, sino que ha saltado al ámbito personal, teniendo consecuencias muy dolorosas» tanto para con él como para su familia.
La dimisión de Caraballo, de la que ayer aseguraban no tener constancia ni en la dirección federal ni andaluza del PSOE, acelera reacciones en el partido y agrava el enfrentamiento entre familias por la sucesión en el sillón de la Diputación y el relevo en la dirección del partido, en una de las plazas claves para atar la dirección en Andalucía.
Lo primero es decidir a quien se designa para heredar la Presidencia de la institución y ayer mismo se convocaba una reunión de la Ejecutiva Provincial para mañana sábado (con 48 horas de antelación), de la que debe salir la propuesta del sucesor/a de Caraballo, previa consulta del grupo de diputados provinciales, según señala el estatuto del PSOE.
Relevo
Ante esta convocatoria, los teléfonos comenzaron a arder en la tarde de ayer, con llamadas a diputados y miembros de la Ejecutiva Provincial para que suscribieran aval —presiones incluidas— a la que el dirigente socialista ha posicionado como sucesora en el organismo provincial, María Eugenia Limón. A comienzos de este octubre, el ya ex presidente de la Diputación remodelaba por sorpresa el equipo de gobierno, desplazando de los primeros puestos (vicepresidencias) a los diputados afines a Díaz, para situar en su lugar, en cabecera, a sus personas de confianza.
Los estatutos del partido marcan además, que la propuesta de la Ejecutiva debe ser previamente informada y consultada con la correspondiente ejecutiva nacional o regional.
El siguiente trámite es su aprobación en comité provincial, máximo órgano entre congresos —en plena pandemia— y posteriormente tendrá que ser elevada a la dirección andaluza y federal del partido.
Para la semana próxima, se dará cuenta de la dimisión en el Pleno ordinario que se celebrará el viernes 6 de noviembre y, a partir de esa fecha, se abre un proceso de diez días para la convocatoria de un Pleno de carácter extraordinario en el que se votará la propuesta para la Presidencia que haya salido de la Comisión Ejecutiva Provincial onubense.
De momento, Caraballo no ha realizado movimientos de renuncia o pasos atrás en el ámbito orgánico, como secretario general del PSOE de Huelva, ante su situación como investigado por un presunto delito de cohecho por en el caso Aljaraque, el presunto soborno de dos concejales de Podemos en este municipio para frenar una moción de censura contra su partido en 2016.
Esta causa está pendiente de la apertura de juicio oral, momento procesal en el que la norma interna de la formación marca que el dirigente debiera apartarse y dejar los cargos que desempeñe.
De momento no se ha dictado el auto, aunque se espera para antes de que finalice el año o a comienzos del próximo. La denuncia de la ex militante contra Caraballo ha precipitado su dimisión, que él explica en clave personal.
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