El Acebuche: primer bastión contra la extinción del lince en Doñana

El programa de conservación que se inició en Huelva en 2003, supera tres lustros con un balance positivo en la preservación del felino más amenazado

Un ejmplear de lince en Doñana ABC

Miguel Ángel Jiménez

Aún no tienen nombre, pero las tres crías nacidas en febrero en El Acebuche constituyen la primera camada de linces ibéricos de 2019 y se sumarán a los 146 ejemplares que ha visto nacer desde 2005 el centro de cría situado en Doñana . Precisamente el espacio natural ha estado de actualidad la pasada semana al pedir un informe de dicha cámara la paralización del proyecto gasístico y el cierre de pozos ilegales.

El centro de cría El Acebuche es el más antiguo de cuantos existen en la Península Ibérica -data de 1992-, y el más pequeño, sí -cuenta sólo con 500 metros cuadrados frente a los 1000 del resto de los complejos-, pero también es el pionero: gracias a la experiencia desarrollada en el corazón de Doñana , existe hoy una red sobre los que se sustenta el programa de conservación del lince ibérico: El Acebuche, la Olivilla, Zarza de Granadilla y Silves , en Portugal, más el Zoobotánico de Jerez como centro asociado.

Los padres de estas tres primeras crías son Juglans y Madroña , aunque se espera que entre marzo y abril otras cuatro parejas de este felino traigan al mundo a su descendencia, que se sumará a las de otras 21 parejas reproductoras del resto de los centros, tres más que en la pasada temporada de cría. La previsión es obtener entre 36 y 46 cachorros.

De los ejemplares nacidos este año, alrededor del 90% será preparado para la vida en libertad y el resto permanecerá como ejemplares reproductores. Se cumple así dos metas principales que se fijó el programa de cría en sus inicios, como cuenta a ABC Francisco de Paula Villaespesa Sánchez, el director de los centros de El Acebuche y Zarza de Granadilla (Cáceres).

El objetivo era y es conservar el 85% de la variabilidad genética actual del lince durante 30 años, para lo que debían contar al menos con 60 ejemplares reproductores, 30 de cada sexo. Lo ideal, como explica Villaespesa, hubiera sido aspirar al 90% de la variabilidad genética durante 100 años, pero para eso hubiera hecho falta extraer de la naturaleza un número de animales fundadores impensable teniendo en cuenta que, en 2002, quedaban sólo 94 ejemplares del felino más amenazado del planeta. Hoy son unos 600, de los que 28 se encuentran en El Acebuche , sin contar los tres últimos cachorros.

Una cría de lince ABC

Pero para llegar a la situación actual, en la que se ha rebajado la amenaza de «peligro crítico» a «peligro» , se ha recorrido un largo camino basado en unos estrictos protocolos de trabajo.

Ha sido necesario superar retos que incluso supusieron una amenaza para el propio programa, como la muerte de una de las primeras crías nacidas en 2005 en El Acebuche, Brecina, en una pelea con uno de sus hermanos, un episodio que ha obligado a aprender sobre este periodo de peleas que se produce en todas las camadas; el caso de Enfermedad Renal Crónica que afectó a la mitad de la población cautiva ; problemas genéticos como la criptorquidia o la epilepsia juvenil o la propia saturación por falta de espacio de los centros de cría.

No obstante, como señala Villaespesa , «el mayor problema del centro de El Acebuche en sus más de 25 años de historia fue el incendio que afectó a Doñana en 2017 , que obligó a la evacuación completa».

Sólo dos de los 238 linces reintroducidos hasta hoy han sido liberados en Doñana. Explica el director de El Acebuche que el Espacio Natural no es una zona de reintroducción sino una población existente.

Esa población, sobre la que es competente la comunidad autónoma, en el caso de Doñana acoge cierta controversia. Enrique Alés, asesor de la Estrategia Nacional del Lince Ibérico , advierte que «en datos oficiales se ofrece erróneamente como positivo el aumento anual de la superficie ocupada por el mismo número de linces, cuando tan solo es más necesidad de desplazamiento para buscar sustento».

«En las últimas décadas ha ocurrido una desaparición de los habituales núcleos fuente de Doñana , y en su lugar, los habituales sumideros del entorno se han erigido en los territorios productivos y habituales de la especie, a pesar de que en ellos no se han ejecutado grandes y costosas inversiones sobre hábitat, conejos o refuerzo con linces » explica el también presidente de la Asociación de Agentes de Medio Ambiente de Andalucía.

«Parte de este territorio es a priori un hábitat sub óptimo para los requerimientos del lince, pero paradójicamente, esos terrenos no protegidos, lindando con olivares y viñedos, cerca de carreteras y cotos de caza son actualmente donde se asienta el grueso de la población de linces y donde más cachorros nacen», señala Alés.

Un ejemplar adulto de lince ABC

Para el asesor ministerial, el fallo está en «desoír los criterios técnicos y científicos frente a presiones sociopolíticas más propagandísticas que efectivas» y se muestra preocupado por el «síndrome crónico de aprendices de brujo» que acucia a nivel de gestión. «Al menos se debe tener claro lo que no funciona, como es, por ejemplo, la suelta de conejos », especifica, o la suelta de linces «con el único objeto de salir en la foto, incumpliendo los requisitos establecidos sobre el número de conejo s por hectárea, hábitat y presencia de linces».

Sobre qué factores se puede intervenir, Enrique Alés lo tiene claro: la reducción de la mortalidad no natural y una mejora del hábitat real, con resultados tangibles, que tenga como consecuencia un «ecosistema saludable» sin el que «no habrá poblaciones saludables ni de linces ni de conejos.

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