La Universidad de Granada se ofrece a acoger a alumnos y profesores afganos
La UGR insta asimismo al Gobierno de España a la acogida de «todas aquellas cuyas vidas corren serio peligro y, particularmente, las de las niñas y mujeres»
La Universidad de Granada se ha ofrecido este esta semana a través de un comunicado firmado por su rectora, Pilar Aranda, para acoger en sus aulas a refugiados afganos para que puedan continuar con su labor académica ya sea estos docentes, alumnos o personal de administración universitario .
El escrito, que se hizo público este martes, ha venido acompañado en el día de hoy de las palabras de la vicerrectora de internacionalización del ente universitario granadino, Dorothy Kelly, quien ha reiterado «la larga tradición en la política de cooperación» de la UGR como aval al ofrecimiento que han hecho a las autoridades españolas.
Kelly ha reiterado la posición tomada, sobre todo teniendo en cuenta las relaciones que tenían en curso con la Universidad de Kabu l. Con ella, especifica la vicerrectora, «se estaba poniendo en marcha un nuevo convenio» , finalmente« imposible» ante la crisis política y humanitaria que se está viviendo en Afganistán tras la llegada al poder de los Talibán.
Ya en el comunicado de ayer, Aranda se mostraba especialmente sensible ante la situación crítica en la que quedan ahora las niñas y mujeres afganas , de la que la institución tiene pleno conocimiento tras el trabajo de colaboración llevado a cabo en las últimas décadas desde el Instituto de Investigación de Estudios de las Mujeres y de Género.
La acogida, por el momento, eso sí, será lenta. «Ahora es el turno de las autoridades españolas y de los distintos ministerios para que lleguen a España» , señala Kelly. «Nuestro trabajo no se realizará en el primer momento de intervención, sino algo después, una vez instaladas las personas en el país». Tras ello, reitera, «la universidad estará a plena disposición de las autoridades para ofrecer todo el apoyo que sea necesario».
De la misma manera, desde instan al Gobierno de España a, en la medida de sus competencias y gestión en el conflicto afgano, la « ampliación del periodo de salida de personas de Afganistán », así como la «acogida de todas aquellas cuyas vidas corren serio peligro».
Particularmente, como ya se ha dicho, «las de las niñas y mujeres», pero también a todas aquellas personas que «por su condición, profesión, estudios y/o activismo político pueden estar en riesgo de perder todos sus derechos».
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