Pandemia

Universidad de Granada: indignación de los alumnos al suprimirse las clases presenciales por el coronavirus

Arguyen que las facultades son lugares seguros porque se cumplen a rajatabla las medidas de seguridad

La facultad de Ciencias solamente ha impartido una clase presencial ABC

Javier López

Alumnos de la Universidad de Granada han mostrado su indignación por la supresión de las clases presenciales ordenada por la Junta de Andalucía para frenar la expansión del coronavirus. En determinadas carreras, como matemáticas, únicamente se ha impartido una clase en las aulas desde que comenzó el curso el pasado 21 de septiembre. «Nos ha salido cara», ha ironizado María , estudiante de este grado.

Juan , otro alumno de ciencias, ha añadido que las clases no presenciales redundan negativamente en la formación y porque, en su opinión, la orden perjudica a estudiantes que han realizado un gasto elevado para alojarse en viviendas particulares, residencias o colegios mayores a pesar de que en numerosas carreras apenas se han impartido clases directas.

Además, la comunidad estudiantil granadina ha resaltado la incongruencia de que se cierren las facultades y se acuerde el toque de queda en los colegios mayores, mientras se permite la apertura de establecimientos de ocio nocturno . En las primeras, según han recordado, se cumplen con las pertinentes medidas de seguridad (distancia y mascarillas), por lo que, a su juicio, no es en ellas donde se produce los contagios.

Además de los alumnos, otros damnificados son los colegios mayores, que cierran a las 22 horas a partir de hoy. En el de San Bartolomé y Santiago , donde están prohibidos el acceso de no residentes y las reuniones de colegiales en las estancias, únicamente hay un caso confirmado . De ahí que un residente consultado critique que se estigmatice a los colegios en general.

«Creo que el problema real está en los pisos», ha apuntado. En este sentido, ha expuesto que dos amigos suyos que residen en uno comenzaron a encontrarse mal a la vez el pasado 8 de octubre. « Tenían los síntomas del coronavirus », por lo que, según asegura, intentaron sin éxito que se les realizara la prueba en tres centros hospitalarios. Finalmente, uno de ellos pagó para que le hiciera el test de contagio una clínica privada: dio positivo.

La relación entre contagio y juventud no es disparatada. La fiesta improvisada en la calle Ángel Ganivet por decenas de jóvenes que no cumplían las medidas de seguridad ha demostrado que, con independencia del lugar en el que residan, parte de la responsabilidad del crecimiento de la pandemia es de los universitarios, si bien uno de ellos la acacha también a los empresarios del sector del ocio que, a su juicio, ni controlan ni el aforo ni fuerzan a sus clientes a que usen la mascarilla.

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