Toque de queda
«Granada parece de noche una ciudad de posguerra»
Hosteleros y comerciantes lamentan el efecto del confinamiento perimetral y del toque de queda en la economía
Quien pasea por Central Park no atisba la valla que separa la zona verde de la Quinta Avenida, pero sabe que existe. Por lo mismo, quien ayer transitó por Granada no se sintió preso del confinamiento perimetral y el toque de queda, pero sí preocupado a causa de las nuevas medidas aplicadas para frenar la expansión del coronavirus en la ciudad, donde se ha desbocado el número de contagios, que supera los 1.140 casos por cada 100.000 habitantes.
El confinamiento impide la entrada y salida en los términos de Granada y su área metropolitana. En concreto, afecta la movilidad de medio millón de personas y repercute en la economía. Así, Paco Molina , propietario de una tienda de antigüedades ha tenido que aplazar dos semanas un curso presencial dirigido a personas que no residen en la capital. «Además, son siete los alumnos, así que tendremos que programarlo de otra manera por si no volvemos a la normalidad, que tampoco lo tengo claro».
Este comerciante lamenta que las medidas, además de afectar directamente a su negocio, haya dinamitado el afamado ambiente nocturno de la ciudad. «Cierro a las diez de la noche y parece que es la una de la madrugada. Las calles están solitarias. Apenas hay gente. Esto parece una ciudad de posguerra », asegura.
Uno de los que faltan en las calles es Pedro, universitario residente en un colegio mayor, que ha dejado a la fuerza de salir por la noche por el toque de queda que pende sobre estas residencias. Además, siente perjudicado por el confinamiento perimetral, que, a su entender, afecta también a la libertad. Puntualiza, no obstante, que asume que es preciso evitar que se propaguen aún más los contagios . En su caso, prefirió ayer no salir de su colegio mayor. Tampoco tiene previsto viajar, por lo que no le afecta directamente la prohibición de entradas y salidas a la ciudad.
Al igual que Pedro la población en general ha acatado cívicamente el confinamiento perimetral y el toque de queda enmarcados en el estado de alarma, de cuyo cumplimiento se ha encargado dos centenares de agentes. Los policías locales han llevado a cabo controles en 14 puntos concretos de la ciudad , en tanto que la Guardia Civil ha mantenido la vigilancia en los accesos a Granada y la Policía Nacional en el metro y en las estaciones.
A pesar de la cifra de agentes, el alcalde de Granada, Luis Salvador , ha admitido que el número de efectivos policiales es insuficiente, dada la elevada población del territorio confinado. El regidor defiende la presencia policial a la vez que el mantenimiento del tejido productivo porque considera preciso salvar vidas sin agravar la economía .
Para la patronal de la hostelería, sin embargo, las medidas apuntillarán al sector, muy debilitado tras la primera ola de la pandemia. La amenaza de cierre pende sobre gran parte de los 2.000 negocios hosteleros asociados , lo que significa que están también en riesgo 15.000 empleos, según asegura el presidente de la Federación Provincial de Empresas de Hostelería y Turismo, Gregorio García , quien ha asegurado que la crisis es actual es la peor que ha padecido el sector.
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