El terrible exorcismo del Albayzín en Granada

Hace más de 30 años, Ecarnación Guardia Moreno sufrió un exorcismo voluntario creyendo estar embarazada del hijo del demonio

José Manuel García Bautista

Hace más de tres décadas se vivió en el barrio del Albayzín uno de los sucesos más impactantes y trágicos de la historia reciente de Granada. Se trata del denominado como «Exorcismo del Albayzín» , que ocurrió el 1 de febrero de 1990.

Tuvo como triste protagonista y víctima a Encarnación Guardia Moreno que sufrió un exorcismo voluntario que la llevaría a la muerte después de varias horas de interminable sufrimiento.

Era una mujer humilde y trabajadora que pasó ocho años en Francia trabajando en un hotel. Durante su estancia en tierras galas se relacionó al propietario del hotel con prácticas espiritistas y de magia negra , a las que asistía la víctima. En aquellos rituales se producían orgías y en una de ellas Encarnación creyó haberse quedado embarazada.

De regreso a Granada, varios de sus familiares le dijeron estar en contacto con un primo suyo fallecido de leucemia, José Guardia Alonso.

Encarnación asistía a aquellas sesiones espiritistas y en el transcurso de una de ellas cae en una especie de trance o delirio en el que asegura que tiene el demonio en el cuerpo pidiendo a sus primas, Enriqueta e Isabel, y al curandero Mariano apodado 'el pastelero', que la ayudasen a eliminar de su cuerpo «al hijo de demonio» .

Pactos con el demonio

Todo se dispuso para aquel exorcismo casero. Lo primero, se le dio de beber a Encarnación una solución a base de vinagre y sal en altísimas cantidades . Con cada ingestión se producía en su cuerpo espasmos y vómitos. Como los «exorcistas» veían que el efecto del brebaje no era el deseado decidieron golpearla y atarla mientras exigen al demonio que abandone su cuerpo.

La locura se desató e introdujeron una aguja al rojo vivo por la vagina de la víctima. Fue su sobrina Josefa Fajardo la encargada de semejante barbaridad. Como la punción «no había sido suficiente» introdujo su mano en el ano de Encarnación y le extrajo los intestinos por el mismo, así pretendía «desprender del interior de su cuerpo el engendro de satanás».

Eran ya las cuatro de la tarde del día siguiente y como Encarnación no regresaba a casa sus hermanas van a buscarla a casa de sus primas pero no la dejan entrar debido a que «la sesión no debe ser interrumpida». La hermana, inquieta, regresa a casa y cuenta a su padre lo sucedido. Acuden de nuevo a la casa y encuentran una escena impresionante: el cuerpo desnudo y amoratado en medio de un gran charco de sangre .

Se pide de inmediato una ambulancia que traslada a Encarnación al hospital Ruiz de Alda de Granada ingresando en la UCI. Pero fue demasiado tarde pues falleció al día siguiente de un edema cerebral producido por una gran ingestión masiva de sodio que había dañado su sistema nervioso de forma irreversible.

Ante la Justicia

Los acusados son detenidos y el 15 de enero de 1992 se produce el juicio con las declaraciones de los acusados. Hay una diversidad y disparidad en las versiones de los hechos pero se señala al 'pastelero' como la persona que realizó el exorcismo a petición de los familiares de la víctima. En aquel exorcismo se siguieron las especificaciones que Encarnación iba haciendo de cómo expulsar el ser demoníaco engendrado. Se acusó a Isabel y Enriqueta de convencer a la víctima de acudir al ritual y darle a beber la pócima de sodio; aunque ellas lo negaron que acusaron al hombre de ser el único culpable.

Josefa Fajardo, por su parte, reconoció haber introducido la mano en el ano de Encarnación y pincharle la vagina con una aguja al rojo vivo, pero dio un dato que señalaba a todos como participantes en el exorcismo.

La Audiencia Provincial de Granada pidió un total de 5 años de prisión para los inculpados, por delito de lesiones por un lado y de imprudencia temeraria por otro. Para María Alonso, propietaria del inmueble en donde sucedieron los hechos, se pidieron 2 años y medio por no haber impedido estos.

El médico forense Manuel García Blázquez efectuó la autopsia al cadáver de Encarnación. Fue un trabajo detallado que recogió en su libro «El exorcismo del Albayzín» donde da buena cuenta de todos los hechos que rodearon este caso macabro.

En el análisis forense dictaminó «que tenía los músculos del cuello aflojados hasta el límite, como si su cabeza girase en redondo 360 grados». Igualmente los forenses iban haciendo fotografías en película normal e instantáneas Polaroid que avalaban los hallazgos del doctor García Blázquez y los otros especialistas.

Hay un hecho curioso que se narra de la siguiente forma: «Las diferentes imágenes se fueron depositando sobre una mesa, vueltas hacia abajo para evitar que la luz de los tubos fluorescentes dañara la emulsión. Al terminar el estudio, bien entrada ya la madrugada, se dispusieron a comprobar el resultado obtenido en las instantáneas. Inexplicablemente, la mayoría de éstas aparecían veladas, y las que habían logrado impresionar alguna imagen las mostraban tan borrosas y distorsionadas que no resultaban válidas».

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