Tribunales
Piden archivar el caso del acusado de violación en Granada tras no comparecer la presunta víctima
El hombre, en libertad con cargos, ha permanecido encarcelado 6 días a causa de la denuncia

La defensa del hombre acusado de cometer la semana pasada una violación en el barrio granadino de Almanjáyar pedirá el archivo de la causa tras no presentarse la presunta víctima a refrendar el testimonio por el que el acusado ha sido encarcelado durante seis días. La incomparecencia de la mujer ha motivado que el juez decretara la libertad con cargos del detenido, si bien ha impuesto al acusado una orden de alejamiento de 200 metros.
El abogado del acusado ha sustentado la inocencia de su defendido no solamente en su ausencia de biografía delictiva (carece de antecedentes por delitos sexuales), sino también en la actitud de la presunta víctima, quien, en su opinión, se ha desentendido conscientemente del caso cuando, a instancia de la defensa, se han solicitado pruebas de ADN, un informe médico forense, una rueda de reconocimiento y nuevas testificaciones.
El letrado ha puesto énfasis en que la presunta víctima había mantenido previo pago relaciones sexuales consentidas en otras ocasiones con su cliente, al que ella ha acusado de una presunta agresión sexual perpetrada en los terrenos del ferial. Según publica Ideal, el testimonio de la mujer incide en que el hombre, confundiéndola con una prostituta, le hizo proposiciones deshonestas antes de agredirla presuntamente .
El relato de los hechos de la presunta víctima hace hincapié en que fue agredida sexualmente tras aceptar acompañar de manera voluntaria al acusado a un polígono para comprar droga. Pero, según el testimonio de la mujer, el conductor, en lugar de dirigirse a esa zona de Granada, realizó el trayecto hasta Almanjáyar, donde presuntamente la agredió y después intentó atropellarla. Ella pidió auxilio y un vecino alertó a la policía nacional .
El testimonio del acusado difiere frontalmente. Al respecto, su abogado ha resaltado que el origen del conflicto es económico: su cliente le entregó a ella un billete de 50 euros por un servicio que costaba 20 euros y la mujer se negó a entregarle la vuelta . Él se la exigió y ella comenzó a pedir auxilio. Él abandonó entonces el lugar para evitar habladurías, ya que, según su letrado, había recurrido a servicios sexuales pagados. «Granada es una ciudad pequeña», ha aclarado.