Entrevista al alcalde de Granada, Luis Salvador
Luis Salvador: «Hay que modernizar el Ayuntamiento de Granada, paso a paso»
El alcalde de Ciudadanos en Granada promete una revolución cultural y tecnológica en la capital que servirá de percha para reorganizar el Consistorio y adaptarlo a la realidad metropolitana
Luis Salvador (Córdoba, 1963) es uno de los pocos ediles que han sido capaces de ser investidos en un pleno con sólo cuatro de veintisiete concejales. Una minoría absoluta que, con el apoyo del PP y Vox, se ha convertido en la alcaldía más importante de Ciudadanos en España. Tras haber precipitado en el anterior mandato —por las investigaciones de corrupción popular— un gobierno del PSOE, partido por el que ocupó diversos cargos durante una década y del que se apartó para finalmente recalar en Ciudadanos, el antes diputado naranja y ahora regidor promete una revolución en el Ayuntamiento de Granada , al que ha vuelto de carambola para quedarse definitivamente. Apalabrado, convencido, golpea por momentos la mesa cual Frank Underwood sin chaqueta y dispara en son de paz su verbo incombustible: con la percha de la capitalidad cultural y el desarrollo del tejido tecnológico, insiste en poner orden en la institución y adaptarla a la realidad metropolitana.
Acaban de aprobar su estructura de gobierno en el pleno de organización casi por unanimidad, con PSOE y Adelante Granada, y sin Vox. ¿Cómo espera que sea el mandato?
Espero que sea un mandato positivo, porque vamos a poner proyectos muy importantes sobre la mesa. Entendemos que la mayoría de partidos van a participar en ellos, así como en la elaboración de los presupuestos para 2020.
Tampoco les queda otra que ponerse de acuerdo…
Las cosas que requieren una mayoría son limitadas. El socialista Paco Cuenca ha gobernado tres años sin tener mayoría en el pleno… Por tanto, todo va dentro de la normalidad, será un mandato interesante.
Gobernar un ayuntamiento requiere de amplias mayorías para poder acometer cambios de calado como los que se necesitan. Los funcionarios comentan que la institución es un caos…
Está por demostrar, no veo esa supuesta fragilidad. Somos once concejales trabajando en este gobierno, tres más que en el anterior. Hemos tenido prácticamente unanimidad para aprobar la estructura en el pleno de organización. Ya lo hemos conseguido, ahora falta empezar a caminar con un presupuesto. Los grandes proyectos harán que tengamos que reorganizar algunas parcelas de la casa. Que hay que modernizar la casa, está claro; paso a paso.
«Los grandes proyectos harán que tengamos que reorganizar algunas parcelas de la casa»
¿Y cómo llevarán a la realidad esos grandes proyectos?
Tenemos una ciudad única, lo que no teníamos era una buena asociación con la empresa y la innovación. Hace falta dar el salto definitivo y eso implica estar en todos los foros. En primer lugar, teniendo una marca que aglutine y lidere todo el potencial del ecosistema actual, con un concepto público-privado. Tenemos la Universidad de Granada, Granada On Tech, la Junta de Andalucía, el Parque Tecnológico de la Salud, el Parque de las Ciencias, la posibilidad de que el acelerador de partículas se instale en Granada o el AVE, que va a facilitar las idas y venidas para hacer negocios.
Además de la innovación tecnológica, la candidatura de Granada para ser Capital Europea de la Cultura en 2031 es su otra bandera para este mandato.
Es uno de los grandes objetivos. He convocado junta de portavoces para hablar de cómo vamos a lanzar esos trabajos estratégicos con aportaciones de la sociedad civil, de actores de la cultura, de técnicos y de todos los grupos. No sólo servirá para desarrollar equipamientos culturales, sino también para mejorar la movilidad con infraestructuras, y contamos con el apoyo del presidente de la Junta, Juanma Moreno.
En aquella reunión se olvidaron de un tema que estaba previsto en la agenda, que preocupa a los granadinos y que adquirió un importante peso durante la campaña electoral: la mala calidad del aire, que en Granada supera los límites legales permitidos, algo que sólo ocurre en Madrid y Barcelona. ¿Qué medidas contemplan?
No se mencionó, pero eso no quita que para nosotros no sea un tema de preocupación. Tenemos todas las contaminaciones posibles: atmosférica, acústica y lumínica. Los datos que hay no son buenos. En esa reunión no podíamos abrir todo el muestrario de políticas. Hablamos de muchas cosas, pero concretamos en las más grandes para cerrar un acuerdo de colaboración con absoluta lealtad. El problema de la contaminación es la enorme cantidad de tráfico que hay en la circunvalación. Además de que por nuestra estructura geográfica somos una especie de olla que aglutina la contaminación, ese anillo hay que intentar que se vayan más lejos, a la segunda circunvalación.
Pero los mismos coches seguirán contaminando lo mismo. ¿Sopesa instaurar Granada Central?
Evidentemente, no es lo mismo. Madrid Central no quita los coches de Madrid, donde tampoco tienen un problema de transporte público. Esos coches pasarán por la periferia. En Granada queremos que en la entrada de la ciudad haya aparcamientos disuasorios para poder entrar en la ciudad con transporte público. Hacen falta parques periurbanos y arterias verdes, y queremos negociar en el próximo contrato que los autobuses pasen a ser eléctricos o híbridos.
Es un ejemplo del reto metropolitano que Granada tiene ante así. Asuntos como la contaminación, la movilidad o el urbanismo, íntimamente relacionados, necesitan ser consensuados con los ayuntamientos del cinturón.
Por eso, también hemos introducido medidas de corte metropolitano. Hemos creado la Oficina Metropolitana con la vocación de sugerir al resto de ayuntamientos para que creen más oficinas para que tengan contacto entre sí y puedan ponerse de acuerdo. Necesitamos cambiar el PGOU en la capital, pero también el plan urbanístico del área metropolitana, que depende de la Junta. Por eso hemos abierto el debate.
«Granada no es un proyecto de 250.000 habitantes, sino de 500.000 con el área metropolitana»
Esas oficinas serían una extensión de cada institución. ¿Cree que los municipios deberían ceder soberanía a un ente supramunicipal?
Yo viví en este Ayuntamiento cómo se intentaba enfrentar en el Consorcio Metropolitano de Transporte los intereses de la capital y los intereses de los pueblos con motivo del color político. Hay que huir de eso. O nos olvidamos de las siglas y tenemos un diálogo franco, o cuando la Junta cree ese instrumento, o simplemente estaríamos perjudicándonos nosotros mismos. Hace falta crear acuerdos, consensos. Granada no es un proyecto de 250.000 habitantes, sino de 500.000 con el área metropolitana.
Para todo ello hará falta dinero, y lo que hay es deuda. ¿Cómo se han encontrado las arcas municipales?
Estamos analizando la deuda. Queremos reducirla, que no estrangule al Ayuntamiento y tengamos liquidez, y también reducir el plazo de pago a proveedores. Habrá un plan de choque que se presentará próximamente.
En el mandato anterior, estando en la oposición, su partido reclamaba una auditoría en Urbanismo, cuyo funcionamiento ha permanecido bajo sospecha incluso después de la Operación Nazarí. Y en los 80 puntos de su acuerdo de gobierno con el PP, han subido la apuesta y prometen hacer una auditoría global en el Ayuntamiento. ¿Lo cumplirán?
Lo que esté puesto en el acuerdo es para cumplirlo. Lo que no sé es el orden de las prioridades. Ahora tenemos que analizar los departamentos, la deuda...
Las cuestiones económicas son habas contadas: o se reducen los gastos o se incrementan los ingresos. ¿Barajan, por ejemplo, la tasa turística?
Eso se ha hablado… Vamos a hacer un plan estratégico y la opinión debe de venir de los expertos. Es un tema más que debe de estar encima de la mesa. Hay que cuadrar ingresos y gastos. La colaboración de otras instituciones se antoja fundamental para llevar a cabo nuestros proyectos, y eso va a generar empleo e ingresos. No se recauda más por aumentar la carga impositiva. También hay impuestos que no se están recaudando y fondos europeos que hay que utilizar. Algunos de esos fondos se han perdido por la inacción del gobierno anterior.
«La tasa turística debe de estar encima de la mesa, hay que cuadrar ingresos y gastos»
¿A qué se debe? También dicen que van a investigar la lista de contratistas del gobierno socialista.
Hay muchos contratos que están en fraude de ley. Cuando les están dando tantos revolcones, empieza a escamar…
Por otro lado, Ciudadanos ahora tiene que gobernar con el PP, inmerso en varias causas de presunta corrupción y con competencias jurídicas, urbanísticas y de contratación. ¿Con qué vara medirá a su socio?
El hecho de que seamos socios no excluye que el partido que movió ficha con la Operación Nazarí fue Ciudadanos. Estamos muy satisfechos del trabajo de todos y cada uno de los once corporativos del equipo de gobierno, que ninguno está imputado. Todos somos conscientes de que la Justicia no se detiene y que crearemos herramientas para trabajar con trasparencia.
Sin embargo, la conformación del gobierno no ha sido precisamente transparente.
Han sido muy transparentes todos los acuerdos que se han desarrollado. No se pueden dotar de transparencia a las negociaciones. Veníamos de elecciones autonómicas, generales, municipales… En ese contexto, que no era el más idóneo, cuando se han ido cerrando acuerdos, se han puesto encima de la mesa.
¿Ese acuerdo incluía la entrada de Vox en el gobierno, como sostienen?
No quiero entrar en ninguna controversia, porque gracias a sus votos está este equipo de gobierno, porque entiendo que en política municipal hay que normalizar la actuación de los partidos y porque todo el mundo sabe cuál ha sido la coyuntura nacional. Y en ese marco, en todo momento se ha dicho que Vox no iba a entrar en los gobiernos. No hay debate.
En clave nacional, con sus implicaciones locales, ¿aboga por una fusión de las distintas sensibilidades del espectro de la derecha? ¿Los partidos van a ser capaces de caminar hacia la unificación en los próximos cuatro años?
Nosotros somos un partido liberal, más en el centro que cualquier otro. Hoy la sociedad no se mueve por los ejes izquierda y derecha. Hay que aplicar el sentido común a la política y hay que buscar lo que nos une, y hoy se está viendo que las ideologías polarizan. El PSOE se ha radicalizado y mira para otro lado con las víctimas del terrorismo. Ese tipo de cuestiones que nosotros afeamos, tampoco estamos por crear trincheras. Si en vez de buscar las diferencias, buscamos los puntos de encuentro, eso permite llegar a acuerdos y llegar a gobiernos. El ejemplo lo tenemos en la Junta de Andalucía. La política está viva. Yo soy de la opinión, y hablo personalmente, de que a tiempos nuevos, soluciones nuevas. Si hay partidos que suman, pues creo que habría que posibilitar fórmulas para que no haya vetos. Hemos pasado de un sistema bipartidista al multipartidismo y las recetas no pueden ser las mismas.
Entonces, cuando Onofre Miralles, el portavoz de Vox, le dice que tienen «las alas muy cortas para gobernar», ¿le preocupa que puedan presentar la moción de censura con la que llevan amenazando desde hace semanas?
No nos lo podemos permitir. A los partidos hay que darles su tiempo, porque la política está un poco convulsa. La moción de censura sería del PSOE, Adelante Granada y Vox. No creo que los partidos de izquierdas quieran firmar con Vox y Santiago Abascal ha dicho que nunca propiciará gobiernos de izquierdas. Sólo habría una posibilidad, y he oído cosas, hablando de que otra persona se prestara desde el transfuguismo. Quiero pensar que son leyendas urbanas.
«Sólo habría una posibilidad para la moción de censura desde el transfugismo»
¿Significa eso que se ve de alcalde dentro de cuatro años? El líder del PP, Sebastián Pérez, que de momento no puede ser vicealcalde por el veto del resto de partidos, defendía hasta hace unos días que se turnarán dentro de cuatro años...
Si no hay ninguna situación anómala, ese será el resultado. No quiero meter el dedo en el ojo a nadie más. La vocación es de continuidad. Dos más dos son cuatro. Que cada uno entienda lo que quiera.
El periodismo sí mete el dedo en el ojo. En sus últimas intervenciones públicas y en sus tuits, usted ha arremetido duramente contra los medios de comunicación por diversas informaciones. ¿Cuál es su relación con la prensa?
Mi relación con la prensa es de admiración del trabajo que se realiza por personas que deberían tener sueldos más altos. He demostrado ser un buen encajador de críticas, muchas veces exageradas o falsas.
¿Y cómo vivió la crisis de comunicación durante su campaña con la polémica que suscitó el análisis psicofacial sobre su cráneo que le definía como un humanista incorruptible?
Quien está en lo público, tiene que saber que una situación de comunicación de crisis tienes que responder rápido y de forma convincente, con la mayor naturalidad posible. Siempre lo he defendido. Cuando ese estudio se colgó, se explicó que se presentaba la página web de la campaña y no estaba la biografía, y había un estudio que había hecho un psicólogo facial y que era un estudio muy completo, de un instituto que están haciendo servicios para la Policía Nacional, por ejemplo. A alguien le pareció adecuado colgarlo ahí y hubo personas que dijeron que era seudocientífico.
Pero simplemente se retiró, no se dio ninguna explicación.
No, no, no la hubo. Por eso la estoy dando ahora. Se quitó porque en ese momento lo importante era la campaña electoral, el proyecto y las propuestas. Eso lo que hacía era distorsionar para irse a la anécdota. Escuché muchas burradas. Se comparaba con prácticas que se hacían durante el nazismo, que no tienen nada que ver con lo que este instituto hace. Emplazo a cualquier medio a que contacten con el instituto. Había personas que pensaban que había hecho una campaña de marketing. No le di más importancia de la que tenía.
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