CASO JUANA RIVAS

Juana Rivas aguarda ya un incierto futuro judicial tras entregar a sus hijos

El padre se reencontró con los niños más de un año después de verlos por última vez

Juana Rivas, tras quedar en libertad provisional, a la salida de los juzgados de Granada CARLOS GIL

LEO RAMA

Un mes y dos días. Es lo que ha tardado Juana Rivas en poner fin a su desafío a la justicia. Rebelde hasta el último momento, en la mañana de este lunes dejó a sus hijos en la Comandancia de la Guardia Civil de Granada , en lugar de hacerlo por la tarde en el punto de encuentro familiar previsto para ello. Los menores, de 11 y 3 años, fueron recogidos por el padre apenas un par de horas más tarde.

De este modo, Juana Rivas, aunque con demora, ha saldado su principal obligación al cumplir con la sentencia civil –de diciembre– sobre la que pivota su caso y aguarda un futuro judicial incierto. La restitución de los niños ya es una realidad y ahora volverán con Francesco Arcuri a Italia , donde tienen fijada su residencia habitual. Pero la madre todavía tiene que rendir cuentas por su decisión de fugarse con sus hijos tras negarse a entregarlos al padre el pasado 26 de julio.

Si bien el procedimiento civil ya está cerrado, el penal sigue su cauce . La juez María Ángeles Jiménez prosigue en su instrucción para dirimir la posible comisión de dos delitos –desobediencia a la autoridad judicial y sustracción de menores– por los que Juana Rivas está siendo investigada a raíz de la denuncia que contra ella interpuso hace unas semanas su expareja. En estos momentos, Rivas se encuentra en libertad provisional , tal y como decretó el juez de guardia que le tomó declaración la pasada semana, en contra del criterio de la Fiscalía, que este lunes volvió a insistir en que debe entrar en prisión sin fianza.

La investigación del Juzgado de Instrucción 2 de Granada se ha extendido a algunas personas del entorno de Rivas que podría haberla inducido o ayudado a cometer los presuntos delitos, como su asesora legal, Francisca Granados, y su psicóloga, Teresa Sanz ; ambas son funcionarias del Centro de la Mujer de Maracena. También han sido citados a declarar en calidad de imputados algunos familiares de la madre por su supuesta colaboración en la ocultación de los menores.

«Están bien y tranquilos»

Este lunes el hermetismo era absoluto. Rehusaron hacer declaraciones tanto el entorno de Rivas como el del Arcuri. Habló a agencias en nombre del padre su abogado, Adolfo Alonso, para subrayar que los niños se encuentran «bien y tranquilos» , y agradeció a la Guardia Civil su colaboración para evitar que los menores se vieran sometidos a la presión de los medios que aguardaban a las puertas del cuartel.

Según apuntó el letrado, los niños se mostraron en un primer momento algo inquietos , pero se fueron calmando con el paso de los minutos. La relación con el padre volvió a ser –dijo el abogado– como la que sus hijos tenían antes de que regresaran de Italia a España con su madre en el verano de 2016. A última hora, mediante un comunicado, el equipo jurídico de la madre también elogió al Instituto Armado y apuntó que se encuentran a la espera de los recursos presentados por su parte.

Francesco Arcuri pudo reencontrarse con sus hijos después de estar más de un año sin verlos . Fue en mayo de 2016 cuando Rivas huyó de Italia y ya en España, tras una propuesta de custodia compartida que él rechazó, ella le denunció por supuestos malos tratos a los que había estado sometida por parte de Arcuri, que ya fue condenado por agredirla «repetidamente» en 2009 , de acuerdo con la denuncia de oficio del médico que la atendió.

Fin (de la primera parte)

El fin es el ecuador de cualquier historia. Aunque Juana Rivas haya cumplido la sentencia civil y haya declarado por los delitos por los que está siendo investigada, tiene incluso más frentes judiciales pendientes. Por un lado, en octubre deberá viajar a Italia para que se determine la custodia de los niños; por otro, todavía tiene que tramitarse la denuncia que interpuso en 2016 contra Arcuri por supuestos malos tratos.

A pesar de la urgencia que requería su caso, y de que prima la vía penal por encima de la civil, dicha denuncia no fue remitida a Itala –donde debe investigarse, por ser allí donde se habrían producido los hechos– hasta hace pocos días. Este hecho ha imposibilitado de lleno que se aplique la legislación española e internacional en materia de violencia de género , tal y como sostiene el Centro de la Mujer de Maracena, mientras que la justicia sólo se ha tenido en cuenta el Convenio de La Haya. 

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