TURISMO

La guerra de las sombrillas acecha Almuñécar

El Ayuntamiento retirará los utensilios que los bañistas dejan para guardar sitio

El policía que marca las sombrillas ocupantes JAVIER MARTÍN/IDEAL

DIEGO MÁRQUEZ

Unas quinientas sombrillas están en el punto de mira del Ayuntamiento de Almuñécar desde que empezó el verano. Son las que el policía local de Medio Ambiente del municipio granadino ya ha marcado con pegatinas amarillas en las que se indica que no se pueden utilizar utensilios playeros para guardar sitio en la orilla.

Puede ser el preludio de un nuevo episodio de la guerra de las sombrillas que cada verano da que hablar en las playas de la ciudad de la Costa Tropical.

La más afectada es Velilla, pero también hay ya muchos parasoles con precinto en San Cristóbal y Puerta del Mar por una mala práctica que se extiende también a La Herradura.

La pegatina informa de que existe una ordenanza de 2012 en la que se prohíbe reservar sitio con sombrillas, sillas o toallas. Una reproducción del bando municipal lo indica a la entrada de cada playa. Si los vecinos persisten, el Ayuntamiento de Almuñécar procederá a confiscarlas en próximas fechas. Tendrán que pagar unos 30 euros para recuperarlas del depósito municipal.

Luis Aragón, concejal de Playas de Almuñécar , recuerda que el año pasado la reserva de espacio «se desmadró» en agosto. «El aumento de las quejas cada año va a más» añade el edil.

Hay dos franjas horarias en las que se puede observar este fenómeno sociológico . A partir de las nueve de la mañana, en la que incluso hay porteros de bloques colocan las sombrillas de los vecinos que luego aparecerán por la playa no antes de las once. Y por la tarde cuando el proceder es irse a dormir la siesta sobre las dos para volver a las siete.

Es una costumbre más habitual en personas mayores en las que algunos jóvenes salen perjudicados. Muchos salen de trabajar y toman el sol antes de volver a la tarea, y tienen que hacerlo en sitios alejados del mar.

A Marcos alguna vez le ha pasado que «encuentras siete mil sombrillas, y no queda espacio para nada». Luego, transcurre la tarde y a los ocupantes «no los ves ni aparecer en el rato que estás allí», agrega este sexitano que cree que la «costumbre viene mayormente de los visitantes» y ha perjudicado al turismo en Almuñécar.

Ante esta extendida impresión de que son los granadinos con segunda residencia los que habitúan a guardar sitio, Eva, asidua de la Costa Tropical, advierte de que «todos los de las sombrillas no van a ser granadinos».

Sea como sea, hasta las limpiadoras se han quejado algún año de no poder adecentar la playa con tanta sombrilla inutilizada por medio. Así que la medida está siendo bien aceptada por veraneantes como Dolores que ve inaceptable que «venga la señora con la sombrilla por la mañana y esté ahí todo el día» pues «la playa es de todos».

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