Medio Ambiente

Granada entierra el 75% de su basura pese a que podría reciclar el 80%

Colectivos ecologistas reclaman un cambio de modelo para tratar los millones de kilos de plástico y cartón que saturan las plantas de residuos, a diferencia de lo que ocurre en otras urbes europeas

Los residuos se acumulan en la planta de reciclaje de Alhendín, una de las más importantes de Granada. ABC

Leo Rama

Tres de cada cuatro kilos de basura acaban sepultados en Granada . La capital y su provincia arrojan datos coincidentes en lo relativo de gestión de residuos : alrededor del 75% tienen que ser enterrados, pese a que el 80% se podrían reciclar . Y es en esa dirección hacia la que se mueve Europa. Coincidiendo con el Día Mundial del Reciclado , que se celebra el 17 de mayo, el movimiento juvenil Fridays for Future , la plataforma Granada en Transición y la ONG Rethinking han analizado las bases de datos disponibles acerca de la gestión de residuos en Granada.

Estos colectivos echan en falta «voluntad política» para atajar un problema cuya competencia recae en los municipios. En el caso de Granada capital, una de las tres ciudades con las más altas tasas de basura de España, la empresa de capital mixto Inagra es la encargada de la recogida de residuos, un servicio que supone el 10% del presupuesto: unos 23 millones de euros. Revisar las condiciones del contrato vigente hasta 2020 sería clave para la implementación de un nuevo modelo y piden que se abra el debate. «Hay estudios que dicen que no influye que la gestión sea pública o sea privada», aseveran.

2020 es también el horizonte marcado por el Plan Estatal Marco de Gestión de Residuos (Pemar) para alcanzar el objetivo del 50% de reciclado , un porcentaje que debería incrementarse en los años posteriores, de acuerdo con las directrices europeas. «Estamos lejísimos de eso, a años luz , los esfuerzos que vamos a tener que hacer en Granada son mucho mayores y cada vez tenemos menos tiempo», apunta a ABC Francisco Peula , experto en reciclaje y presidente de Rethinking.

Entierros e incendios

El problema radica en la ingente cantidad de residuos que se generan y no son reciclados, por lo que «se entierran, pero enterrar residuos es hacer una bomba de relojería» , explica Peula: «Son una injusta hipoteca para las generaciones futuras», dado que durante décadas la basura compactada en el subsuelo debe ser tratada para extraer los gases contaminante s que genera, como metano o CO2, que se suman al problema añadido del calentamiento global .

Millones de kilos de bolsas de plástico se acumulan en la planta de reciclaje de la Diputación de Granada, ubicada en Alhendín. ABC

Esta política ha derivado en otro problema: la falta de espacio bajo tierra ante la proliferación de residuos. Se da la circunstancia de que, por acción u omisión, cientos de incendios se han producido en plantas de reciclaje durante los últimos años, un asunto que ya investiga la Fiscalía. En Granada, sin ir más lejos, la planta ubicada en Trasmulas y gestionada por la empresa Recisur es asolada por el fuego cada cierto tiempo, a pesar de que sus instalaciones cuentan con tecnología para separar los materiales. Fuentes de Bomberos de Granada aseguran que reciben las alertas con horas de retraso.

Los incendios se reproducen en plantas de reciclaje de toda España después de que China haya «cerrado sus puertas a los residuos»

Solo en la planta de Alhendín, de las más importantes que existen en la provincia, 14 milllones de kilos de cartón y unos 6 de bolsas de plástico aguardan una solución que no llega: «Se podrían reciclar, pero hay que lavarlas… Y eso supone un gran coste». Dado que no ha sido «rentable» hacerlo en España, durante años este tipo de residuos han tenido que ser tratados en China, pero ahora «China ha cerrado sus puertas a los residuos de toda Europa y el resto del primer mundo» por la misma saturación de sus vertederos

Un vertedero junto al lago Taihu, en la provincia china de Jiangsu, Reuters

Un problema internacional

El reciclaje se ha convertido en un asunto internacional . Unas pocas empresas extranjeras marcan un mercado inestable que ha provocado el desplome de los precios en España y se mantiene a la baja por la marcha de los «big boys» chinos. El papel casi no se recupera y reciclar cartón es cada vez menos rentable. Una tonelada hace unos años rondaba alrededor de 60 euros. Ahora, unos 20, de acuerdo con los datos de Repacar , la Asociación Española de Recicladores Recuperadores de Papel y Cartón que representa a 115 empresas españolas del sector.

Unos 100 millones de toneladas de plástico se acumularán para el año 2030 en la Tierra si se mantiene la situación, según un artículo publicado en la revista Science Advances. Aunque hay voces que abogan por aplicar la «alargascencia» de los materiales frente a la obsolescencia, también hay alternativas que permitirían eliminar el plástico, usándolo como combustible a niveles mínimos de contaminación y así aprovechar su energía, transformándola en electricidad.

Existe la posibilidad de aprovechar la energía de los residuos para producir electricidad de forma sostenible, como sucede en Dinamarca o Viena

En Copenhague , por ejemplo, donde solo el 4% de los residuos acaban en un vertero y la mayoría se destruyen, una planta incineradora es capaz de convertir 400.000 toneladas de desechos anualmente mientras proporciona calor a 150.000 hogares y electricidad baja en carbono a 550.000 personas. Tres kilos de basura proporcionan cuatro horas de electricidad a la capital danesa y cinco de calefacción. Y diversión, ya que sobre la fábrica acaba de abrir al público una de las rampas de esquí más grandes del mundo.

Pista de esquí sobre una incineradora de Copenhague, en Dinamarca. Reuters

Este tipo de incineradoras, aunque son costosas, han demostrado unos grandes niveles de eficiencia y sostenibilidad desde que hace dos décadas comenzara a emplearse esta tecnología en la incineradora de Spittelau , en Viena , un país donde la tasa de residuos que van al vertedero es también del 4%; 70 puntos por debajo de Granada, una «smart city» donde los datos de reciclaje se han mantenido prácticamente invariables en la última década.

El «despilfarro» en la «smart city»

«¿Qué ciudad se puede decir que es inteligente si está despilfarrando los recursos que tiene?» , se pregunta Peula, que reivindica cambios como los que ya se están llevando a cabo en ciudades como Gijón, Vitoria, Valencia o Córdoba, que en estos momentos recicla el 50% de sus residuos. Y con menos dinero que Granada, donde «nadie mueve ficha». Adquirir la tecnología para automatizar la separación de residuos no es la respuesta : «Tiene capacidad de mejora, pero es limitada», aproximadamente al 40% del reciclado.

El 84% de la población granadina asegura que recicla, cuando en realidad la mayor parte de los residuos no se depositan el contenedor correspondiente

Peula aboga por un nuevo modelo de recogida de residuos. Uno de los problemas, señala, es el del «anonimato del contenedor» . Pese a que el 84% de la población asegura que cumple con el reciclado en una encuesta de la Diputación de Granada, la realidad es que solo alrededor del 20% de los plásticos, el 38% del papel y el 49% del vidrio acababan en su contenedor. «La gente sabe lo que tiene que hacer, pero siempre busca una excusa para no hacerlo» , comenta al insistir en poner el foco, no la población, sino en las administraciones.

Otras alternativas circulares

«Si ese material hubiera ido a sus contenedores respectivos, al estar más limpio, se reciclaría mejor», sostiene Francisco Peula. La gestión de residuos «no es un coste, sino una inversión», señala el experto: «Se puede generar trabajo y crear riqueza» . Pero para ello sería necesario revertir el sistema económico «lineal», «de usar y tirar», y apostar por la economía circular : «Por ese camino no vamos a ningún sitio, la economía del futuro será circular o no habrá economía, porque consumimos más de lo que la naturaleza puede generar».

Los colectivos ecologistas reclaman alternativas controladas y sostenibles para sustituir el modelo de actual de «tarifa plana»

«Ahora en Granada tenemos tarifa plana», explica Francisco Peula: «Separes bien o separes mal, vas a pagar lo mismo». Lo único que cambia es el precio a pagar en función de la ubicación: «No hay incentivos para premiar al que lo hace bien y penalizar al que lo hace mal». Ante esto, propone medidas que ya se están llevando a cabo en otros municipios, como la utilización de «tarjetas para abrir los contenedores» o establecer un «sistema de contenedores puerta a puerta» , responsabilizando a los bloques de vecinos, al margen de la posible construcción de incineradoras.

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