Granada crea su propio «ecosistema» para convertir la Inteligencia Artificial en el eje de su economía
Instituciones y empresarios se conjuran por un cambio del modelo productivo a través de AImpulsa, una nueva red de colaboración público-privada para proyectos tecnológicos
Tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe. Esta frase del refranero español bien podría servir para Granada, que sigue insistiendo semana a semana en su deseo de convertir la inteligencia artificial en la base de su futuro . La presentación del proyecto AImpulsa en el día de hoy ejemplifica una vez más, tras la cumbre del pasado lunes, esa aspiración conjunta que tiene el consenso unívoco de todas las instituciones.
En el caso de AImpulsa se trata de la creación de un «ecosistema» que propicie un concepto que empezará a sonar constante en los próximos tiempos: las sinergias. En este caso, promover la colaboración público -privada entre la investigación y las empresas tecnológicas , generar y al mismo tiempo el captar talento en este área y como consecuencia principal atraer un tejido empresarial que debería derivar en un crecimiento económico notable.
Esa interlocución y la decisión de dar una entidad jurídica para ello parte con la Universidad de Granada como principal impulsor, pero también con el apoyo a Fundación Parque Tecnológico de la Salud , la Cámara de Comercio y el Ayuntamiento de la localidad. A esto se suma el patrocinio de la Junta de Andalucía y la Diputación de Granada, que junto a empresas ya usuarias de este tipo de tecnología como Caixabank, Covirán o Grupo Cuerva , completan una foto de inicio más que reseñable en cuanto al ambicioso propósito.
El acto de este miércoles es ya un ejemplo de cómo el proyecto marcha. Se llevó a cabo en el edificio BioRegión, ahora edificio UGR-IA , y que albergará a empresas punteras del sector como Google o Indra. La rectora de la UGR, Pilar Aranda , incidía en su intervención en como estas empresas «se van a beneficiar de un desarrollo tecnológico especial, de instrumentos tecnológicos que les permitirán tomar decisiones más acertadas« gracias a ello y »cómo redundará en el beneficio de los ciudadanos«.
«Debemos trabajar para acercar la IA a la población en general , para que comprendan que no es algo alejado de nuestra vida cotidiana, sino que puede ayudarnos a mejorarla« apuntaba asimismo Aranda.
La capitalidad de la IA, en el horizonte
La creación de este ecosistema se trata de un paso más en el objetivo de que Granada consiga ser sede de la Agencia y el Centro Nacional de Inteligencia Artificial . La iniciativa, que se presupone clave para que todas las promesas del cambio de modelo productivo se lleven a cabo, necesita soportes y este ecosistema es uno de ellos. Un argumento más para potenciar y destacar aún más la candidatura granadina.
Iniciativas como AImpulsa vienen precedidas de la participación activa en otros proyectos igualmente relevantes como AI Lab Granada , el nuevo Centro de Excelencia especializado en IA, situado en el PTS de Granada y pata fundamental de este proyecto, o el Innovation Hub AIR-Andalusia por parte de la Junta, que no es poco. De hecho, el propio AImpulsa está enmarcado en esa actividad de AIRAndalusia, el Centro de Innovación Digital Andaluz en Inteligencia Artificial y Robótica Aplicadas , en el que ya participa la Universidad de Granada.
El ecosistema, no en vano, tiene como principal objetivo convertirse en una herramienta de apoyo tanto a las pequeñas y medianas empresas como a las administraciones públicas andaluzas, con el fin de mejorar su eficiencia y competitividad. En definitiva, un 'win-win' tanto para el ámbito público como para el privado.
La Universidad , en definitiva, en absoluta connivencia con las distintas administraciones, se apunta un nuevo tanto en su capacidad para movilizar lo que se espera como maná para la economía ya no solo granadina, sino autonómica. Tras la adquisición del superordenador Albaicín, o la candidatura de Escúzar para acoger el acelerador de partículas Ifmif-Dones los pasos siguen firmes en un planteamiento inicial que solo desde el desastre político o la dejadez institucional podría irse pique.
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