Granada, campo de batalla electoral en Andalucía

La presentación del candidato del PSOE Juan Espadas a la presidencia de la Junta en la capital granadina este sábado certifica a la ciudad de la Alhambra como escenario fundamental del mapa político andaluz en los últimos tiempos

Juan Espadas durante el acto de presentación de su candidatura a las primarias del PSOE-A celebradas el pasado junio en Granada ABC

Álvaro Holgado

Granada se ha convertido en los dos últimos años en un enclave fundamental para entender la política andaluza. La presentación de la candidatura del líder socialista Juan Espadas este sábado en la capital granadina a presidir la Junta, donde estará arropado por el presidente del Gobierno Pedro Sánchez , vuelve a certificarlo. El nuevo referente del PSOE en Andalucía vuelve a escoger la capital granadina al igual que ya hizo para presentar su candidatura a presidir el partido en la comunidad hace poco menos de ocho meses.

Entonces se veía como una forma de ganar votos en la Andalucía oriental y quitarse el posible «estigma» de todo un alcalde de Sevilla, con los pros y los contras que aquello conllevaba. También como un guiño a la una de las provincias andaluzas donde triunfó el susanismo en la derrota de la expresidenta del partido en Andalucía frente a Pedro Sánchez en 2017 y que tenía decidido cambiar de bando.

E incluso como un impulso al grupo municipal de la capital , que esperaba expectante recuperar, como así fue, la alcaldía para Paco Cuenca y el socialismo en un feudo que en el siglo XXI había sido sido gobernado casi en su totalidad por el Partido Popular.

Pero el tiempo y sobre todo, el mimo y la frecuencia con que los demás líderes andaluces han tratado la ciudad de la Alhambra hacen sospechar que aquel hecho iba más allá.

Juan Espadas junto a Paco Cuenca en la investidura del segundo como alcalde ABC

Granada está de moda. Es una lugar con elementos sempiternos como la Alhambra, el monumento más visitado del país o Sierra Nevada, otro motor fundamental en la economía andaluza. Pero también una provincia en auge, estratégica en el largo plazo . Con una posible eclosión , aunque todavía muy lejana, parecida a la de Málaga en los últimos años.

Así se demostró este mismo jueves, en la pequeña localidad granadina de Escúzar , donde socialistas y populares casi se daban codazos para salir en la foto de la firma relativa al proyecto científico más importante de España, el acelerador de partículas Ifmif-Dones. Con todo, Granada supone junto a la citada capital malagueña la prueba irrevocable de la descentralización de la imagen política andaluza que demuestra cada vez más que ya no habla solo desde Sevilla.

Gran parte de culpa de esto último la tiene el propio presidente de la comunidad, Juanma Moreno , que ha hecho bandera de este tema desde el inicio de su mandato. Aunque, si bien es cierto que prometió celebrar un Consejo de Gobierno en cada provincia andaluza a lo largo de la legislatura , y así lo ha hecho, las visitas a Granada se han salido de la norma.

Más allá de los conocidos lazos personales del presidente con la ciudad, en algunos momentos se han podido contar allí casi un acto por semana . Ya fuera por la fabricación de la vacuna de Moderna en la sede granadina del Laboratorio Farmaceútico Rovi, o para dar el discurso de Año Nuevo en un bar de su casco histórico. Moreno, frente a su predecesora, la socialista Susana Díaz , que en comparación apenas caminó cerca de la Alhambra en todos sus años al frente de la Junta , es un habitual en la agenda local.

Juanma Moreno durante la grabación del discurso de Año Nuevo, en Granada ABC

Ni más ni menos que el Congreso Regional del PP de este pasado otoño, donde se le volvería a elegir como presidente del partido en Andalucía , se celebró también aquí, en Granada . En su mejor momento, con el viento de las encuestas soplando cada vez más a su favor , casi al borde de la mayoría absoluta según las mismas .

Moreno mediaba ante las polémicas internas, las presiones para un adelanto electoral y las declaraciones cruzadas entre el presidente nacional, Pablo Casado, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y salía aún más reforzado al tiempo que pregonaba a los cuatro vientos que «Granada es su casa» . Con un discurso trasversal, moderado y andalucista, hecho este último más que reseñable tratándose de tierras granadinas.

La tumba demoscópica de Ciudadanos

Aquel congreso se daba en un contexto aún caliente en la política de la capital nazarí. Poco tiempo atrás, en verano, Ciudadanos, que ostentaba la alcaldía de su Ayuntamiento como la joya de la corona, había dejado de existir en apenas unos meses en el pleno municipal víctima del transfuguismo.

Las presiones de los populares para alternancia en el bastón de mando (el dichoso 2+2) y el enrocamiento de un alcalde naranja , Luis Salvador, que llegó a paralizar la ciudad durante un mes , acabó con este vendiendo finalmente sus votos al PSOE a cambio de un concejalía fantasma hasta la fecha.

La derecha regalaba las llaves de Granada como un Boabdil cualquiera y los socialistas volvían al poder sin comerlo ni beberlo a mitad de mandato. Mientras, Ciudadanos proseguiría su caída en picado en las encuestas andaluzas, ya pronunciado tras el mazazo electoral en Madrid pero que, hasta ese momento, no había afectado a su posición de fuerza en la coalición de gobierno en San Telmo.

Juan Marín junto a Luis Salvador en el Ayuntamiento de Granada en una imagen de archivo ABC

Lo peor: la imagen ofrecida. Un ridículo nacional hasta el último día, con constantes acusaciones a Génova y el vicepresidente de la Junta y líder naranja en Andalucía, Juan Marín, desquiciado y sin poder controlar a su propio partido en la provincia . Entre medias, además, descalificaciones para él y sus concejales a uno y otro lado del arco político, con un especial auge de Vox, que tuvo a su diputada por Granada, Macarena Olona, a la cabeza.

Estos últimos se posicionaron con fuerza en la crisis política del Ayuntamiento y dejó más de una anécdota que quedará para el archivo de las crónicas periodísticas de la ciudad. Como cuando la propia Olona, previsible candidata a la presidencia de la Junta , llamó públicamente «garrapata política» al entonces alcalde naranja minutos antes de la misa de Corpus.

Macarena Olona, a la toma de Granada

Macarena Olona en el Día de la Toma de Granada ABC

Resulta impactante que la alicantina Macarena Olona , que cayó como diputada por Granada sin haber vivido ni un año de su vida en la provincia, haya arraigado con tanta fuerza en la tierra que representa en el Congreso. Su presencia es constante en los actos propios de la política granadina . Incluso más que la de los distintos portavoces que el partido ha tenido en el parlamento andaluz.

La última prueba de ello fue el Día de la Toma de Granada , el pasado dos de enero, fecha en la que se dio la tradicional celebración de la reconquista de la ciudad por parte de los Reyes Católicos en 1492. Allí, Olona ejerció ya como candidata a presidir la Junta , proponiendo que esta fecha sustituyese al 28 de febrero como Día de Andalucía e igualmente a fiesta nacional.

Además, dio otro guiño a la ciudad, prometiendo que si Vox llegaba al poder en la comunidad trasladaría a la ciudad la gestión del Patronato de la Alhambra , una aspiración histórica.

Es desde Granada además desde donde se presentará, salvo auténtica sorpresa, a las elecciones andaluzas , tal y como avanzó en un evento organizado por el periódico Ideal hace pocos meses. Su arraigo es tal, que incluso protagonizó una de las polémicas de estas navidades, pidiendo la dimisión del alcalde Paco Cuenca por las supuestas luces satánicas que colgaban en la capital en estas fiestas.

Teresa Rodríguez, una anécdota

Teresa Rodríguez durante el acto de presentación del partido en Granada Archivo

Por último, aunque no esté del todo claro cual es la postura final en el siempre complejo marco de la izquierda alternativa andaluza , Granada también ha sido tenido en cuenta por parte de este espectro político. La líder de Adelante Andalucía y ya emancipada de Podemos, Teresa Rodríguez , fue elegida el pasado junio en la capital granadina como líder de su partido. Concretamente en la Chumbera del Sacromonte.

Con la única referencia de la coalición Unidas Podemos , cuyo papel en el Ayuntamiento de la capital, eso sí, es cada vez mayor tras la llegada del PSOE al poder, es difícil encontrar algún acercamiento más a una tierra que nunca le ha sido un gran caladero de votos . La continua división poco ayuda al arraigo del partido ( o partidos) en la provincia, más cuando, como se ha ido relatando, el interés es inmenso por parte de las demás fuerzas políticas al tiempo que suenan l os tambores paa una nueva contienda electoral.

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