El Gran Tendilla, el primer alcaide de la Alhambra

Que la Alhambra cuente con una gestión administrativa distinta a la de la ciudad no es una cuestió n que se limite en el tiempo al periodo democrático. El recinto nazarí, que hoy dirige un patronato controlado por la Junta de Andalucía, fue, ya en tiempos de los Reyes Católicos , un territorio con un gobernador propio.

Íñigo López de Mendoza (1442-1515), II conde de Tendilla y I marqués de Mondéjar fue el primer gobernador de la Alhambra, al ser nombrado por los Reyes Católicos alcaide de la fortaleza nazarí y capitán general del Reino Granada, desde 1492 , cargo que quedó controlado por sus descendientes hasta la expulsión de los moriscos.

Además, el Gran Tendilla también tuvo un protagonismo de primer orden en el Ayuntamiento de Granada como cabeza de uno de los dos bandos que se disputaban el control de la institución municipal.

Militar, diplomático, político y humanista , don Íñigo López de Mendoza fue uno de los personajes decisivos en los primeros años del dominio castellano.

Para profundizar en su figura, más de cincuenta expertos se han reunido en Granada en un congreso internacional con motivo del quinto centenario de su muerte que se ha celebrado en el Palacio de Carlos V y en el Palacio de la Madraza.

Ha habido conferencias como la titulada Granada y Castilla en tiempo de los Reyes Católicos: el arte de gobernar, a cargo del profesor Miguel Ángel Ladero Quesada de la Universidad de Complutense de Madrid; La Alhambra de los Tendilla, por el profesor de la Universidad de Granada, Juan Manuel Martín García, y El conde de Tendilla y el reino de Granada, por los profesores Ángel Galán Sánchez y Rafael G. Peinado, de las universidades de Málaga y de Granada, respectivamente.

También se ha descubierto una placa conmemorativa del enterramiento del conde de Tendilla en la iglesia del convento de San Francisco, sede actual del Parador Nacional, en el mismo corazón de la Alhambra.