DICCIONARIO GRANADINO
Las expresiones de Granada que delatan tu «malafollá»
«Lavín» o «compae» son algunas de las patas sobre las que se erige el habla propia de los granadinos
Encajado dentro del subdialecto del español propio de la región oriental de Andalucía, el granadino –o «granaíno» para los lugareños– es un habla cargado de excepcionales palabras que dibujan el pensamiento local. Destaca por su tendencia a los diminutivos y a la exageración, en sintonía con las enraizadas características del léxico sureño, aunque tiene sus propias particularidades, que denotan la consabida «malafollá» de Granada .
Estas son algunas de sus expresiones más reseñables:
Lache : Sinónimo de vergüenza.
Ejemplos: «Da mucho lache el niño ese». / «Qué lache, colega».
Aes: Una coletilla recurrente, ideal para terminar frases e impedir cualquier atisbo de confusión por parte del receptor. Fruto de la imperante tendencia a economizar el lenguaje, procede de la también clásica expresión granadina «¿sabes lo que te digo?», ya en desuso.
Ejemplos: «Eso es así, ¿aes?». / «Ya ves, ¿aes?»
Cipollo : Insulto granadino por antonomasia, sinónimo de tonto, pringado o poco espabilado.
Ejemplos: «Esos son unos cipollos, tú hazme caso». / «Menudo cipollo».
Foh: Interjección comodín que se usa tanto para remarcar situaciones negativas como para acentuar las positivas. Profunda, desde luego.
Ejemplos: «¡Foh, qué tapas!». / «Foh, en verdad es un lío».
Lavín: Nada mejor que un «lavín» para enfatizar, especialmente cuando algo es importante o extraordinario, como la virgen. De ahí el presumible origen morfológico de esta expresión, que también puede presentarse como «lavística».
Ejemplo: «Lavín, no ardieras». / «¡Anda que no tiene cuestas el Albaicín, lavística!». / «La virgen, qué calor».
Compae: Máxima expresión de la amistad y el compadreo.
Ejemplos: «Guapísimo, compae». / «Compae, ¿a qué esperas? Vámonos ya».
Pollas : La gran palabra del diccionario granadino, a menudo en boca de los granadinos por la versatilidad que ofrece. Se presta a casi cualquier contexto, como muestra de su profundo arraigo en la idiosincrasia local, la de la malafollá. A menudo se usa como interjección y suele emplearse para denotar pesadumbre, insignificancia o negación.
Ejemplos: «Íbamos empatando y al final, pollas». / «¿De qué pollas hablas?». / «En verdad eso son pollas». / «¿En serio? Y una polla, no me lo creo». / «¡Ole tu polla ahí!».
La mititilla : Dentro de las unidades de medida granadinas, la mititilla es la que se refiere a cantidades ínfimas. Posiblemente tenga su origen en la palabra «migaja», que evolucionó a «mihaja» y más tarde a «mihilla».
Ejemplos: «Acércate a lo de Antonia y pídele una mititilla de sal». / «Hace una mititilla de frío».
La pila : Cúmulo de objetos. Un montón. Mogollón. Muchísimos. Si tienes una pila de algo, mejor que sea de algo bueno.
Ejemplos: «Tengo una pila de discos». / «Qué pila de turistas había esta mañana en Plaza Nueva».
Cuchi : La interjección perfecta para enfatizar el asombro, incluso pronunciada con toda la pachorra.
Ejemplos: «Cuchi, no te hacía yo por aquí». / «¡Cuchi, el tío!».
Mandaíllo : Pocas cosas más importantes y reconfortantes que hacer un mandaíllo, un recado de los de toda la vida; esa pequeña aventura de ida y vuelta.
Ejemplos: «Voy a la frutería a hacer un mandaíllo». / «Nene, necesito que me hagas unos mandaíllos».
Regomello : Sensación de inquietud, miedo o preocupación.
Ejemplo: «Prefiero no ir porque me da regomello». / «Tengo un regomello por lo que pasó el otro día…».
Chavea: Sinónimo de muchacho. Andalucismo recogido en la RAE y originario de la lengua caló.
Ejemplos: «No veas cómo jugó el chavea los otros días». / «Los chaveas siempre se sientan en ese tranco».
Vieho: Variante de «viejo», aunque no se usa en ese sentido.
Ejemplos: «Vieho, cuánto tiempo llevaba sin verte». / «Lo que oyes, vieho».
Collejo : Adjetivo que indica belleza, monería.
Ejemplos: «Me he comprado unos zapatos la mar de collejos». / «Ese amigo tuyo es muy collejo».