CANCIONES EN LA MEMORIA
Me cuesta tanto olvidarte
Una asociación de Granada utiliza con éxito la música para aliviar a enfermos de alzhéimer
![José Olmedo, fundador de Música para Despertar](https://s1.abcstatics.com/media/andalucia/2020/11/15/s/jose-olmedo-musica-granada-U40410147132PgG--1248x698@abc-Home.jpg)
Hay mujeres que parecen lumbres: dan ganas de sentarse frente a ellas . Frente a Marta González Saldaña se sentó José Olmedo para desbrozar con música el alzhéimer de quien en 1967 fue primera bailarina del ballet de Nueva York. El lago de los cisnes aguijonea la mente de Marta hasta el punto de que desde la senectud retorna a los buenos tiempos en silla de ruedas. El vídeo que capta la elegancia de sus sublimes manoteos se ha hecho viral.
Consciente de que las velas iluminan más que los incendios José Olmedo, músico y psicólogo, utiliza el acorde para logra una transición suave desde el olvido al recuerdo. Lo hace a través de la asociación Música para Despertar, con sede en Granada, que tiene un doble objetivo: concienciar a la sociedad sobre la situación de los enfermos de desmemoria y abrirse paso a través de su neblina mental con canciones que les retrotraen a su primer amor.
El efecto terapéutico de la música queda patente en el vídeo grabado a Marta en la residencia de ancianos de Alicante en la que ha fallecido durante la pandemia. Apática al principio, cuando reconoce la partitura del compositor romántico la bailarina comienza a mover armónicamente los brazos mientras su mirada hacia dentro encuentra el compás que le llevó a la cima. Durante unos minutos tiene a Tchaikovski como médico de cabecera .
La música culta no ejerce el monopolio del alivio de los afectados por la enfermedad. En realidad, cada persona enferma está vinculada a un estilo, que por regla general es el que predominó en su época de merecer. « La música que mejor recuerdan es la que escucharon en su juventud », asegura Olmedo, lo que, dada la edad de los enfermos, explica el éxito de sus sesiones con clásicos como Pena, penita, pena , Mi carro u Ojos verdes .
Bésame mucho también rasga el celaje que difumina la memoria de los afectados, al igual que My Way , de Frank Sinatra . Estas piezas, como las restantes, tienen una asombrosa capacidad de conexión con sus destinatarios. Tanta que a veces los enfermos no recuerdan el nombre de sus hijos, pero sí el de sus canciones, lo que es aprovechado por los miembros de la asociación para, por ejemplo, llevarlos al baño mientras las bailan .
La asociación escoge las canciones con criterio. Su trabajo de campo previo le permite acertar. Y su acierto explica que desarrolle su labor en 80 centros y residencias de ancianos de España, Francia y Costa Rica , donde reconocen el mérito de Música para despertar, derivado a su vez del conocimiento de su fundador del terreno que pisa: de crío acompañaba a su madre, psicóloga, a los centros de mayores que dirigía en Granada.
«Los mayores y la música me aportan mucho», aclara José Olmedo, que como guitarrista ha formado parte de grupos de rock, pop-rock y flamenco fusión. La voz, admite, no es su fuerte, por lo que en vez de entonarlas él opta porque los enfermos escuchen las versiones originales, que son las que asocian con su propia existencia. A través de ellas conectan con sus recuerdos más antiguos y, al conectar, recalan en los dominios de los días felices.
El alzhéimer se caracteriza por la pérdida de memoria y de habilidades cognitivas. La música no lo frena, pero lo cañonea con baladas, boleros y coplas que alegran el día a su presa . Olmedo cuenta el caso de Carmen, una mujer casi centenaria devastada por la enfermedad que cuando escuchaba la canción de su vida comenzaba a coser imaginariamente y hacía ademán de enhebrar una aguja, como cuando era niña.