INFRAESTRUCTURAS

El Corredor Mediterráneo evitará un 'agujero negro' entre Granada y Almería con una inversión que se estima en 615 millones de euros

Sin plazos ni fechas, el Ministerio y Adif presentan un avance del estudio funcional que, no obstante, no prevé un comienzo de las obras hasta dentro de cuatro años, cuando el AVE llegue a la provincia almeriense

Vías de la estación de Granada Antonio L. Juárez

Álvaro Holgado

El tramo Granada-Almería tendrá su lugar en el Corredor Mediterráneo , una estructura vital y una de las grandes bazas para impulsar la competitividad de España en el ámbito del mercado internacional en esta década.

Se trata de un proyecto que lleva casi 25 años sobre la mesa y que recorrerá el litoral mediterráneo español desde Algeciras hasta la frontera francesa, uniendo las ciudades mediterráneas entre sí y conectándolas con Europa mediante una doble vía, de pasajeros y mercancías.

Granada no parecía invitada a la fiesta después de que los Presupuestos Generales del Estado siquiera hicieran mención a ella, mientras que sí se financiaba un ramal central desde el puerto gaditano hacia Madrid que hubiera dejado un completo agujero en la Andalucía Oriental . El miedo, en principio, se disipa.

Esta semana el Ministerio de Transportes informaba de una reunión de alto nivel en la sede de la Subdelegación del Gobierno en Granada, donde la presidenta de Adif, María Luisa Domínguez , presentaba los avances del estudio funcional al alcalde de Granada, Paco Cuenca, el presidente de la Diputación, José Entrena, que junto al secretario general de Infraestructuras, Xavier Flores, el delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández; y la subdelegada en la provincia de Granada, Inmaculada López Calahorro, asistieron.

En dicha reunión, se aludía a la promesa de una inversión de 615 millones de euros para la mejora y adaptación del trazado ferroviario existente en este corredor, para « posibilitar el paso de las mercancías y la mejora de los tiempos de viaje».  

Concretamente los avances en el estudio apuntan a que Granada tendrá alta velocidad con Moreda, Guadix y Almería , aunque con matices, puesto que se mantendrá buena parte del trazado ya existente. Los cambios vendrán por la electrificación de las vías , transformar el ancho de las mismas a la medida internacional y la instalación de sistema de señalización europeos.

Como detalle a resaltar, el proyecto contempla una sola vía, por lo que para la inclusión de esa doble funcionalidad de pasajeros y mercancías se implantarán apartaderos para garantizar esta funcionalidad, esencial cuando hablamos de lo que significa el Corredor.

La inversión necesaria, además, se ha casi duplicado con respecto a las pesquisas iniciales, toda vez que hablamos de adaptar un trazo antiguo, prácticamente decimonónico.

Este necesitará para cumplir con los criterios europeos de una rehabilitación que en cualquier caso vienen a resolver problemas del todo lógicos, como la seguridad de los trenes por este trazado, la fiabilidad a la hora del transporte de mercancías o la comunicación de los trenes.

Un 'botín' tardío y escaso

Estos avances en el estudio, que se planteaban hacer públicos en febrero y que llegan casi un mes después, son, con todo, escasos . La promesa de estas obras siguen dejando huecos históricos en la provincia, además de que han sido detallados apenas en notas institucionales, sin preguntas y con cierto oscurantismo.

El fondo del asunto es la letra pequeña, puesto que las obras no comenzarán hasta dentro de cuatro años, cuando el AVE llegue a Almería. La creación de este estudio funcional tiene, a pesar de todo, un objetivo sencillo: en diciembre de 2023 la Comisión Europea repasaría el estado de ejecución y desarrollo de los proyectos de corredores ferroviarios en la comunidad y Granada, sin él, se quedaría directamente fuera.

De cara a la siguiente fase del estudio, se analizará el trayecto desde Granada hasta Antequera , así como posibles mejoras de trazado que permitan « reducir aún más los tiempos de viaje y otras actuaciones con el fin de mejorar el tráfico de mercancías », una reiteración de los objetivos anteriores, pero que siguen dejando fuera algunas reivindicaciones de la provincia a las que el Gobierno sigue oídos sordos.

Lo planteado deja a Granada a expensas de terminar la década sin la inversión ferroviaria prometida de soslayo en tantas ocasiones desde Madrid. El tren a Motril, la vuelta del ferrocarril por Baza, a la finalización de la Variante de Loja o la integración del tren en la capital granadina siguen siendo demandas sin una respuesta contundente.

Desde el Ayuntamiento y la Diputación de Granada, resaltan la idea de que el Ministerio lleve estos avances a la Mesa del Ferrocarril, de la que los empresarios granadinos, como ya han advertido tras sus movilizaciones por la falta de infraestructuras, empiezan a demostrar hartazgo. Todo como consecuencia del escaso peso estratégico que Granada demuestra tener en los planes del Estado a largo plazo, aún a pesar de que tanto la alcaldía como la presidencia de la Diputación c ompartan color político con el actual Gobierno.

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