In memoriam
Motril llora a Fabiola
La ciudad ha decretado un día de luto en honor de la que fue reina de los belgas

Aquel 31 de julio de 1993, la ciudad de Motril quedaría para siempre unida a la monarquía de un país a miles de kilómetros de la plácida Costa Tropical granadina. En uno de sus rincones, en «Villa Astrida», moría repentinamente de un ataque al corazón el rey de los belgas, Balduino. Aquella había sido su morada de retiro por su expreso deseo convirtiendo a Motril por unas semanas cada verano en residencia real. Discreta y carente de lujos –austera incluso- era la estancia de los monarcas belgas en la costa granadina pero aquel vínculo encariñó a la a la sociedad motrileña con Balduino y su esposa, Fabiola de Mora y Aragón. La mujer que este viernes fallecía en Bruselas y que tenía a la costa granadina como un lazo de unión permanente a su ascendencia española.
Tal es así, que volvió más veces -ya viuda- a esta tierra granadina , siendo la última en 2009. Un año antes, la ciudad motrileña le rindió un solemne homenaje al rey Balduino en el decimoquinto aniversario de su muerte conmemorándose desde entonces un certamen anual de música sacra, una de las pasiones del ilustre matrimonio.
Pero, ¿por qué el rey de los belgas eligió la costa de Granada para sus descansos estivales? Lógicamente, el benigno clima de Motril tan diferente del húmedo y frío país centroeuropeo hizo mucho en esa decisión real. Sin embargo, dicen que fue el paisaje que divisó Balduino en un vuelo en helicóptero por la costa Tropical lo que le cautivó para edificar ahí su residencia estival . Con el telón de fondo del macizo de Sierra Nevada y a la vera del Mediterráneo, a finales de los años 60 Motril se eligió para levantar un sencillo y nada ostentoso chalet en playa Granada que llevaría el nombre de «Villa Astrida». Balduino homenajeaba así la memoria de su madre Astrid, fallecida en un trágico accidente en 1935 siendo el entonces futuro rey belga un niño.
La discreción fue la tónica de las estancias granadinas de la entonces familia real de Bélgica que carecía de descendencia directa y, por tanto, no era muy extensa. A Balduino y Fabiola no era raro verles pasear por las calles de Motril comprando en mercados o incluso departiendo con vecinos de la localidad costera. La amabilidad y el trato sencillo de la real pareja hicieron que fueran recordadas como unas personas muy queridas por los motrileños por lo cercanas que eran, comenta la alcaldesa motrileña, Luisa García Chamorro.
Visitas reales
«Villa Astrida» también fue escenario de frecuentes visitas de los Reyes de España que acudían a la residencia temporal del monarca belga para estrechar la vinculación de ambas familias, especialmente marcada tras llegada de Fabiola a la casa real belga. De hecho, don Juan Carlos y doña Sofía acudieron a Motril para acompañar el duelo de la reina de los belgas tras la muerte de Balduino, despidiendo después en el aeropuerto de Granada el féretro del monarca centroeuropeo.
En definitiva la vinculación de la ciudad motrileña con la familia real belga ha sido siempre una constante desde que se instalaran aquí Balduino y Fabiola. Por ello, este sábado ha sido declarado día de luto oficial por parte del Ayuntamiento de Motril. Las banderas del edificio consistorial a media asta y el ofrecimiento al público de un libro de condolencias en el salón de protocolo del ayuntamiento -en el que hay un retrato de Balduino y Fabiola- serán los sencillos pero sentidos homenajes de los motrileños a quienes fueron sus más ilustres huéspedes.