Granada, capital de las novatadas

Cada otoño, Granada se convierte en un hervidero de estudiantes universitarios que retoman la actividad académica. Especialmente se nota su presencia en colegios mayores, bares y, por supuesto, en las facultades que jalonan la ciudad. Pero hay también una seña de identidad propia de la comunidad estudiantil granadina que no falta a su cita anual: las novatadas. Cuestionadas recientemente hasta por el propio Senado, este tipo de actividades son una habitual práctica consistente en dar la «bienvenida» a los alumnos que se incorporan por vez primera a las aulas universitarias. Si bien, la forma de hacerlo es lo que viene suscitando los recelos de las autoridades locales así como de las juntas de centro de las facultades y colegios mayores.

A pesar de estar prohibidas en estos recintos, las novatadas toman las calles de Granada desde finales de septiembre hasta el entorno de la fecha de San Lucas -18 de octubre-, la festividad por antonomasia para este tipo de actividad. Ese día, celebrado ayer, es cuando cientos de estudiantes de Medicina celebran su patrón bajando de la su facultad hasta la plaza de la Universidad en pleno centro acompañando a los alumnos de primer curso disfrazados –esta vez los han vestido de personajes de «Alicia en el País de las Maravillas»- bañándolos en harina, huevos, kétchup y hasta comida de perro.

Como estaba previsto la novatada acabó frente a la Facultad de Derecho con los jóvenes arremolinados junto a la estatua de Carlos V que, un año más fue acompañado de un peculiar «Superman» que se tiró desde el pedestal del emperador para regocijo de los presentes.

Una una de las consecuencias de las novatadas son los daños al patrimonio de la ciudad que en otros años han supuesto pintadas contra la referida estatua o huevazos a edificios catalogados. Para evitarlo, el Ayuntamiento de Granada dispuso ayer un amplio control policial –además de un equipo de limpieza- que siguió al desfile de los novatos no registrándose ningún incidente destacable, incluso para la efigie carolingia que este verano fue restaurada de las agresiones sufridas en otras ediciones de San Lucas.