Desahucios
Suspenden el desahucio de un anciano «agresivo» con sus vecinos
Los vecinos le pidieron que dejara de dar comida a las palomas
Una historia cuanto menos esperpéntica es la que se ha vivido en las últimas horas entorno a un bloque de viviendas de la Acera de San Ildefonso, cercano al centro de la capital granadina. Dos son los protagonistas. Un anciano, Francisco, en situación de exclusión social que da de comer a todo tipo de aves y gatos desde su domicilio –un bajo del bloque- y la comunidad de vecinos que ha reprochado en numerosas ocasiones a este inquilino su actividad con los animales, y que ha llegado a provocar «insalubridad» . Lo que empezó siendo una disputa vecinal acabó por convertirse en un caso mediático por la implicación de dos factores. El desahucio que ordena un juzgado previa denuncia de los vecinos, y la titularidad de la vivienda del anciano que corresponde a la empresa municipal Emuvyssa.
A este hecho se ha unido la intervención de la plataforma Stop Desahucios así como la crítica de la oposición municipal del ayuntamiento granadino resultando, de momento, que Francisco no tenga que abandonar su vivienda.
Eso ha sido posible gracias a la presentación de un recurso por parte de los servicios sociales municipales contra la resolución judicial que decretaba el desahucio del anciano, que insiste en que él «sólo echa comida a los pajarillos» .
No es de la misma opinión la comunidad de vecinos que desde hace años –Francisco lleva en esta vivienda desde 1998- ha venido requiriendo de su polémico inquilino que cesara de dar comida a palomas y gatos porque «se han taponado las bocas de las canales de desagüe» debido a los excrementos de las aves así como cambiar la arena de las zonas comunes de la comunidad. Además, los vecinos exponen que también han sido amenazados por el anciano, «incluso con una navaja», ante sus requerimientos para que depusiera su actitud de atraer a estos animales.
Denuncia judicial
Fue el año pasado cuando la comunidad finalmente decidió iniciar los trámites judiciales que han decretado posteriormente el fin del contrato de vivienda a favor de Francisco –que era de por vida-, pero los propios vecinos decidieron dar más oportunidades a este inquilino que no cesó en su afición. Definitivamente la comunidad decidió que se ejecutara la sentencia en junio pasado con el consiguiente desahucio del anciano de 82 años.
Paralelamente, la empresa municipal de vivienda ofreció a Francisco otro inmueble en un barrio alejado de la ciudad pero su coste de alquiler era superior al que pagaba por la actual por lo que se informó a la Delegación de Fomento de la Junta de Andalucía, que insistió al ayuntamiento para que ofreciera «una de las 42 viviendas que tiene vacías» en la ciudad .
Por parte del consistorio, y según la concejala de Urbanismo granadina, Isabel Nieto, se ha instado a la comunidad de propietarios «a que posponga la ejecución de la sentencia» , recordando también que no es necesario para Francisco «la inscripción previa en el registro de demandantes de vivienda» puesto que es una persona en riesgo de exclusión social.
La intervención in extremis de los servicios sociales ha paralizado el desahucio pero este lío vecinal todavía no ha quedado resuelto. Aunque los vecinos insisten en que si Francisco deja de dar comida a las palomas se retirarán del procedimiento judicial.