Perfil
El gran error en la vida de Pérez-Sauquillo, el expresidente de Invercaria, que puede llevarlo a la cárcel
Tomás Pérez-Sauquillo aceptó la oferta de su amigo el exconsejero socialista Francisco Vallejo para hacerse cargo de un fondo para ayudar a empresas. Aquello fue una ruina para la Junta de Andalucía y una pesadilla para él tras ocho juicios, cuatro condenas y lo que le queda
La Audiencia ordena el ingreso inmediato en prisión del expresidente de Invercaria

Tomás Pérez-Sauquillo (Madrid, 1946) no quiere correr la misma suerte que su amigo el exconsejero de Innovación Francisco Vallejo. El político que confió en él en el año 2005 para que pusiera en marcha la empresa de capital riesgo de la Junta ... de Andalucía Invercaria, hoy pena su castigo por el caso ERE entre rejas. En los últimos diez años, el tiempo que jueces, fiscales, policías, peritos y acusaciones llevan examinando con lupa sus gestiones, muchas veces se ha arrepentido de haber aceptado la oferta del consejero del Gobierno socialista de Manuel Chaves.
Fue el «mayor error de mi vida», confesó en una entrevista que publicó el diario Sur en 2013, cuando la macrocausa de corrupción de Invercaria aún estaba en pañales. Este abogado no se imaginaba que su pasado en la sociedad pública se iba a convertir en un dinosaurio judicial que ha ido engordando hasta dividirse en una treintena de piezas que se están enjuiciando por separado: una por cada ayuda que se repartió «de manera arbitraria» (según los investigadores) entre empresas, muchas de las cuales terminaron cerrando.
El que fuera presidente de Invercaria entre 2005 y 2010, de 76 años, se ha sentado ya en ocho ocasiones en el banquillo de los acusados y no serán las únicas porque ya tiene señalados juicios en 2023 y 2024. La incógnita es si tendrá que asistir a la sala de vistas desde su casa o una prisión. La Audiencia de Sevilla ha ordenado su inmediato ingreso en la cárcel para cumplir su primera condena en firme por prestar 100.000 euros de dinero público a Aceitunas Tatis. La dueña de la empresa le pidió financiación en 2009 para montar una línea de «aceitunas eróticas», que no es más que una oliva deshuesada en la que se introduce un pepinillo en vinagre.
En el juicio, la empresaria declaró que había acudido a la empresa pública siguiendo el consejo de la entonces alcaldesa de La Carolina y hoy vicesecretaria general del PSOE andaluz, Ángeles Ferriz. Pérez-Sauquillo ha alegado «graves problemas médicos» que padece para pedir al tribunal que suspenda la pena privativa de libertad.
Su hermano, también acusado por la ayuda a FIVA
Tanto Aceitunas Tatis como Fumapa, a la que dio otro préstamo de 300.000 euros, tenían su domicilio en La Carolina, el pueblo jienense donde Vallejo fue alcalde con el PSOE. Él sostiene que si alguna vez se ha dado alguna ayuda por afinidad política, él no se ha enterado. Su hermano Mariano, sin embargo, participó en el portal de ferias virtuales FIVA, el proyecto estelar que Invercaria financió con 716.000 euros y que no terminó de despegar. Además, Jaén fue un polo de atracción para las inversiones millonarias de Invercaria. Era el bastión de poder de Gaspar Zarrías, que tenía en Vallejo a su valido en la órbita empresarial autonómica.
Pérez-Sauquillo, que está a un paso de la cárcel, se siente inocente e insiste en que ni un solo auto dice que metiera la mano en la caja
Abogado de profesión, casado y con dos hijos, Pérez-Sauquillo comenzó su carrera en el sector inmobiliario. Desde 1974 a 2002, llevó la dirección financiera de Inmobiliaria Espacio SA y posteriormente fue promotor en empresas de Madrid y Andalucía. Justo antes de fichar por la Junta, en abril de 2005, aspiraba a impulsar un proyecto de ampliación de Puerto Banús en Marbella. Pero Vallejo le ofreció dirigir Invercaria y se lanzó sin pensárselo.
La nueva empresa estaba llamada a ser la segunda pata de la Junta para promocionar el tejido productivo andaluz. La primera era la agencia IDEA, utilizada para pagar las ayudas de los ERE sin el control de los interventores. Un informe de la Cámara de Cuentas que analizó su gestión en Invercaria en 2009 lo puso en la picota por cargar a su tarjeta de crédito 25.101 euros en gastos que aunque se aportaron facturas, el órgano fiscalizador entendía que no estaban debidamente justificados. Entonces cobraba un sueldo bruto de 117.042 euros, muy superior al sueldo del presidente andaluz (69.000 euros).
En marzo de 2010 fue relevado como consejero delegado por Juan María González, sobrino de Felipe González. Éste a su vez fue sustituido por Laura Gómiz, quien protagonizó un escándalo en la campaña de las elecciones autonómicas de 2012 al salir a la luz unas conversaciones grabadas por otro directivo, Cristóbal Cantos, en las que lo instruía para modificar fechas y datos de informes sobre empresas.
Las sentencias siguen cayendo sobre él como el agua en una cascada, pero Pérez-Sauquillo cree firmemente en su inocencia. Él asegura que todo ha sido un error que ha llegado demasiado lejos, pues no hay ni un solo auto que diga que él metió la mano en la caja. Se siente el chivo expiatorio sobre el que PSOE y PP cargan la factura de una gestión con algunas sombras, pero que –sostiene– no tiene ni punto de comparación con el dinero «regalado» en los ERE.
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