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En las tripas de la planta de Puente Genil que enciende la Navidad de medio mundo

ABC ENTRA EN LA FÁBRICA DE XIMÉNEZ

Más de 500 trabajadores se afanan estos días en una perfecta cadena de montaje para dar cumplimiento a los cientos de encargos de luz navideña

Ximenez Group iluminó las Navidades de más de 250 ciudades de todo el mundo en 2021

Una montadora completa el haz de luces de una guirnalda en la planta de Ximénez Iluminaciones V. merino

J. Pino

Puente Genil

Más de 500 personas trabajan ya a diario en la planta de Ximénez Iluminaciones de Puente Genil para llenar de luz la Navidad de medio mundo. A las afueras de la localidad pontanesa, las guirnaldas decorativas se apilan en una almacén para su distribución o se montan, en otra de las fábricas al otro lado de la ciudad, palmo a palmo en una perfecta cadena.

Tras atravesar un amplio espacio de exposición de sus novedades que llama poderosamente la atención, las puertas se abren a una larga nave donde los trabajadores empiezan a armar las siluetas y formas que previamente han sido diseñadas en una sala contigua, donde la creatividad da rienda suelta al encargo de los clientes. Sean de Vigo o Barcelona, sean de Qatar o de Centroeuropa.

Los soldadores ensamblan las piezas, dan sentido a la figura. Los montadores juegan a un puzle de pequeñas piezas que ensartar por cada rendija para dar sentido completo a esta decoración. Ristra de pequeñas lamparitas 'led' que se van mezclando sobre los finos tubos de acero, entre curvas y contracurvas.

Mientras, al otro lado de Puente Genil, junto a la carretera que viene de Aguilar de la Frontera, otros trabajadores se afanan en empaquetar y almacenar las piezas que irán saliendo de los muelles de carga rumbo a un mapa que cubre todo el país y hasta 250 ciudades de 50 países y los cinco continentes. Australia ha sido uno de los últimos en incorporarse a la lista de clientes de Ximénez, que pronto verá aumentada su plantilla hasta los 600 puestos operativos, en el momento más álgido de la campaña.

Y en el fragor de la faena, la vieja camioneta con la que el fundador de esta empresa familiar empezó todo el milagro. En la Navidad de 1945, Francisco Jiménez, dueño de una tienda de electrodomésticos de la localidad de la Campiña Sur adornó las ofertas de su escaparate con un circuito de luces en forma de estrella. Pronto se convirtió en la sensación del pueblo, con niños y mayores agolpándose para ver las luces que encendieron esa complicada Navidad de la postguerra. Hoy, su nieto Mariano, lidera una compañía que facturará al final de laño unos 50 millones de euros y sigue a la vanguardia de la innovación y el ahorro energético.

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