APUNTES AL MARGEN
Y ojalá haya un pleito
La polémica sobre la titularidad de la Mezquita necesita un pronunciamiento de los tribunales para poner fin a tanto rollo
Soy de la opinión, y pocas veces me ha tapado al respecto, que muchas de las voces que se escuchan en la política sobre el asunto de la propiedad de la Mezquita-Catedral tienen una finalidad puramente propagandística . Lo que en la calle se llama ahora postureo . Responsables públicos que no han dedicado en su vida adulta un minuto a esta cuestión, parece que ahora no viven si ven a un cura cruzar el Patio de los Naranjos . La aversión es tal que lo guay en estos momentos es el viejo discurso de los bienes del clero regular, que si ustedes rastrean la historia de España resulta que es un contínuo desde el siglo XIX hasta nuestros días. Bien por su carencia, bien por sus excesos. El viejo debate clerical-anticlerical que saca la cabeza cada vez que puede en este lugar tan extraño llamado España.
La vuelta del PSOE al Gobierno acompañado por el apoyo parlamentario de Podemos ha reavivado el debate hasta el punto que, al toque de campana, parece que hay quien ha descubierto ahora un asunto que, sinceramente, agota. El anuncio de la elaboración de un listado de bienes de la Iglesia , que se puede pedir en los registros de la propiedad (bienvenidos al fabuloso mundo de la nota simple) se promete como el castigo de la mano del Estado a años de excesos de los obispos codiciosos . El informe pedido por la alcaldesa de Córdoba , ya verán, será el ejemplar trabajo de una luchadora por el patrimonio público que tiene en sus desvelos que lo que es de todos, vuelta a todos.
En la modesta opinión del que escribe, y vista la experiencia de estos años, el debate de las propiedades de la Iglesia -ciñamos lo que las cosas son- es una forma de exhibir músculo progre que se topa siempre con la dura realidad. Ni siquiera un cambio legislativo podría negar la historia de España. Ni siquiera la búsqueda de argumentos naïf como los efectos de la ley de congregaciones de la Segunda República -¿de verdad nadie va a decir que se la cargó Alejandro Lerroux apenas unos meses después de su aprobación tras el pacto de radicales y la CEDA ?- puede evitar un dato que, si me permiten. admite pocos comentarios. La gran mayoría de estos bienes señalados como polémicos llevan siendo gestionados desde hace muchos muchos años por unos señores que suelen ir de negro. Con las excepciones en las que ha habido excesos que nadie con entendederas puede negar.
Ojalá, sinceramente, alguien ponga alguna vez un pleito con abogado y procurador por la propiedad de la Mezquita-Catedral de Córdoba . Hasta el momento, hemos visto cómo el Ayuntamiento se la pegaba en la reclamación de la plaza del Pocito , no llegaba a iniciar el «escándalo» del Triunfo de San Rafael y llegaba a un acuerdo amistoso por el famoso quiosco de San Hipólito . Fuera de eso, ni la Junta, ni el Estado han generado nunca actuación alguna en Córdoba por recuperar la propiedad pública que tan cierta parece ser de los bienes señalados.
Ojalá, insisto, alguien se acerque a los juzgados e intente demostrar fehacientemente, con arreglo a las leyes vigentes españolas, que los curas, siempre los curas, han estado abusando de manera tan bastarda de privilegios franquistas aprobados antes del nacimiento de Franco, como el registro de bienes sin título escrito. Igual si pasa eso, o justo lo contrario, podemos centrarnos en el debate relevante. Que no es de quién son los monumentos sino cómo se realiza su conservación , cuál es forma más correcta de gestionarlas y cuál puede ser la manera más correcta de que esa riqueza contribuya al desarrollo y el bien común .