Mario Flores - EL DEDO EN EL OJO
A vueltas con el orgullo
La semana del orgullo gay está sobrevalorada, hipertrofiada y sobredeimensionada
Me ha costado lo suyo, pero al final lo he conseguido. He logrado desentrañar lo que se escondía bajo el endiablado mensaje de la pancarta que portaba una chica en la primera marcha del orgullo gay celebrada en Córdoba . Esta decía: «Por un orgullo anticapitalista, combativo y transfeminista».
Para resolver el enigmático mensaje he tenido que llegar hasta el «New York Times» vía Andrés Roig, un compañero psiquiatra valenciano que ha tenido a bien ilustrarme. En dicho diario, referencia progre en EE.UU., se nos instruye de que «La interseccionalidad […] es la noción buenista (de la izquierda) de que cada forma de opresión está conectada con las demás […] funciona como una especie de sistema de castas en el cual las personas son juzgadas por la cantidad de sufrimiento que su particular casta ha sufrido a lo largo de la historia. La víctima […] es similar a un santo; el poderoso y el privilegiado son los profanos […] A pesar de que la interseccionalidad se disfraza de humanismo adopta una visión maniquea de la vida , en la cual solo hay opresores y oprimidos».
A la luz del concepto de interseccionalidad conseguimos entender el propósito de la referida pancarta a la hora de denunciar la opresión que sufren , no ya el autodenominado colectivo LGTBI, sino también las víctimas del capitalismo y del heteropatriarcado . Sobre esto último versa el transfeminismo, que viene a proponer que la lucha feminista no debe ser planteada únicamente por las mujeres sino por todos aquellos que, sin serlo, se sientan sojuzgados por el heteropatriarcado . ¡Ahí es nada!
El concepto de interseccionalidad es, además, un concepto torcido por cuanto no contempla a otros colectivos perseguidos que no son de su cuerda: algunos partidos políticos, la Iglesia, la familia … Exigen para sí lo que niegan a otros , y eso está muy feo. Debe de ser difícil vivir el día a día bajo el singular prisma de la psicosis paranoica , viendo amenazas y enemigos a la vuelta de cada esquina y permaneciendo pegados a la pared para evitar ser apuñalado por la espalda. Una vez más, y lo he dicho ya muchas, cierta izquierda debe ser objeto de atención por parte de la psicopatología.
Como decíamos, en Córdoba se desarrolló la primera marcha del orgullo gay, celebrándose como una de las mayores conquistas sociales acaecidas en Córdoba en su historia reciente; que tengamos una de las zonas más deprimidas de España en nuestra ciudad, un Ayuntamiento cuasi-paralizado o una escandalosa falta de tejido industrial y productivo deben ser, entonces, asuntos menores. Lo del «orgullo» se ha ido de madre (soltera, dueña de su cuerpo, empoderada y feminista). Nunca en la historia de España ningún otro colectivo ha conseguido lo que el LGTBI ha logrado : abrir los telediarios, colocar sus banderas en las instituciones regionales, provinciales y locales, atemperar las normativas municipales a la hora de sancionar ruidos, micciones callejeras o consumo etílico en plena calle, hacer que la derecha salte de alegría con estas cosas… Hasta han conseguido que en Priego el PP y el PSOE se disputen con encono el honor de haber sido los primeros en izar la bandera del orgullo en su Consistorio.
La cuestión de la semana del orgullo gay está sobrevalorada , hipertrofiada y sobredimensionada. Recordemos que la población homosexual estimada en el mundo se sitúa solo entre el 1 y el 3%. Es la dictadura de la ideología de género lo que explica todo. El respeto debido a gays, lesbianas, bisexuales, transexuales… queda diluido merced a estos desafueros que ellos mismos promueven . Aunque por mí, estas personas tienen toda mi consideración.