Mario Flores - EL DEDO EN EL OJO
De vuelta a la realidad
La izquierda pretende colocarnos su mercancía y hacernos ver que exhibiendo a niños en carrozas se trabaja por su integración
Hete aquí que ya estamos a lunes 9 de enero , el día del año en que empezamos, por fin, a tomar contacto con la realidad . Es esa realidad que debería hacernos fuertes por cuanto nos obliga a hacer frente a las rutina s , a las frustraciones cotidianas y al afán que cada día tiene. Y es precisamente esa experiencia vital la que nos hace crecer y curtirnos.
Se terminó la fiesta, concluyó el período regido por el principio del placer para iniciarse ese otro guiado por el principio de realidad. Aunque ya habrá quien proponga que hay que ser positivo y pensar que si ahora hay que recoger la vajilla y las copas de champán, ¡es porque tuvimos fiesta!, o que si es hora de ponerse a trabajar, ¡es porque hemos tenido vacaciones porque tenemos un trabajo!,...y «estupideces positivas» de ese calibre. No nos sirva el consuelo, porque no debemos de aliviarnos de aquello que constituye el deber, la obligación y el compromiso: vivir la vida tal y como nos es dada.
Las cabalgatas laicas de progreso , ecosostenible, multiculturales , igualitarias y de calidad dieron por concluidas las fiestas de celebración del solsticio de invierno (¿y el christmas de la alcaldesa?). O dicho de forma más auténtica: los Reyes Magos ponen fin a la Navidad. Las distintas cabalgatas de Córdoba y de nuestros pueblos han puesto el broche final a tan entrañables fiestas cristianas (conceptualizarlas de otro modo es tontería, mire usted).
Hablando de cabalgatas de Reyes, la de Córdoba se ha distinguido con una curiosidad propiciada por la Delegación de Servicios Sociales en manos de IU. Dicha particularidad tiene que ver con el pensamiento mágico que rige la manera de interpretar el mundo por parte del comunismo y que consiste, básicamente, en que cerrando los ojos muy fuerte y pensando un deseo, este puede concederse. Este pensamiento mágico, propio de tempranas etapas evolutivas del niño, resultan, al contrario, improcedente en quienes, incluso, peinan canas. Y es que el delegado de Servicios Sociales del ayuntamiento cordobés, Rafael del Castillo , tuvo la idea de habilitar una carroza para que los niños de los «barrios pobres» pudieran participar en la cabalgata como premio a «su esfuerzo y constancia en su escolarización».
Bien está que creamos en los Magos de Oriente y concedamos a la magia de la noche de Reyes la posibilidad de conceder los deseos de nuestros niño s; eso sí, en actitud cómplice y sabiendo dónde estamos. Pero de ahí a afirmar que exhibiendo a los «niños pobres» en un armón de la cabalgata vamos a conseguir su integración , va un abismo. Sería lo mismo que pretender que John Merrick, el hombre elefante, se pudo integrar en la sociedad mediante su exhibición en un circo. Ya sabemos que, fatalmente, eso no fue así.
Demasiadas veces esta izquierda mágica pretende colocarnos su mercancía averiada para hacernos pensar que disponen de la solución para cualquier clase de problema. La historia, antes al contrario, ha demostrado pertinazmente el equívoco, el fiasco y el fraude de sus propuestas.
Pero ya puestos al dislate bien podrían haber situado a la « carroza de los niños de barrios pobres » en primer lugar del desfile, haberla rodeado de un banda de majorettes y haber colocado un espectacular luminoso sobre el vehículo que anunciase en neón «Niños pobres en proceso de integración». Tal vez así su inclusión habría sido más rápida.
En cualquier caso, y a pesar de estas bizarras anécdotas , nuestra Navidad ha transcurrido amablemente, tal vez porque estos políticos que nos ha tocado sufrir han estado de vacaciones (laicas, supongo). Esperando de nuevo las vacaciones para descansar un poco de ellos.