OCIO

El Viso vive los encierros de «las vaquillas»

La localidad de Córdoba celebra Santa Ana con sus fiestas de Interés Turístico de Andalucía

Encierro taurino en El Viso J. L.

J. LÓPEZ

Tocó madrugar ayer en El Viso porque era el turno de rendir culto a la patrona de la localidad, la «Abuela Santa Ana» . Los viseños acudieron fieles a la cita y después de asistir a la Eucaristía cumplieron con cada una de las tradiciones que embellecen el traslado en procesión de la patrona hasta la iglesia de la Encarnación. Aunque la fiesta comenzó en la medianoche del lunes , es desde este momento cuando El Viso entra de lleno en sus fiestas, las más esperadas por los vecinos.

Hablar de Santa Ana es hacerlo de una fiesta que ha sido declarada de Interés Turístico de Andalucía . La relación de la localidad con el mundo taurino es incuestionable y las posiciones contrarias a la fiesta tan sólo han servido para afianzar aún más la tradición. Las diferentes peñas ya están en la calle, esperando la primera suelta de reses , con sus pañuelos y camisetas identificativas. Son días también de reencuentros, aunque sea detrá s de los improvisados burladeros. A las doce suena el primer aviso y los nervios se apoderan de los ciudadanos que han estado avispados para situarse en los mejores sitios. El calor, sofocante, pasa a un segundo plano pero se intenta mitigar buscando cualquier sombra.

Las reses ya se atisban y toca correr, esquivar los pitones , vivir el primero de los encierros. En el día de ayer fueron diez reses de la ganadería de Fernando Peña y El Jaral de la Mira , que consiguieron dejar con buen sabor de boca a quienes participaron de un encierro que ya es historia y que «es especial porque es el primero y es el más esperado», explica un corredor. Quedan aún cinco encierros , porque El Viso rendirá homenaje a «la Abuela Santa Ana» hasta el domingo.

Cada mañana el mismo recorrido, cada mañana el mismo sonido, las mismas carreras y cada día más gente sumándose a este fiesta que vivirá sus días álgidos durante el fin de semana cuando las calles se queden pequeñas en cada encierro. Desde la barrera o desde el empedrado de la calle, los encierros de El Viso se viven día a día.

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