«ANDALUCÍA EN FEMENINO»
Visibilidad y equilibrio, los retos de la cultura hecha por mujeres
Cinco creadoras cruzan impresiones sobre un sector aún carente de «referentes femeninos»
Más visibilidad para las creadoras, potenciar los referentes femeninos y oxígeno económico para escapar de la precariedad son los principales retos a los que se enfrenta de forma generalizada el sector de la creatividad hecha por mujeres . Así se desprende del análisis realizado en el marco del desayuno informativo del ciclo Andalucía en Femenino , organizado por ABC y patrocinado por Telefónica y el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) , que giró en torno a las mujeres que trabajan en el ámbito de la creación en su aspecto más amplio.
En esta edición del foro, que cuenta con la colaboración de la Universidad de Sevilla, Clece y Coca-Cola European Partners, participaron Aure Daza , del Centro de Documentación María Zambrano del IAM; Ana Rosa Diego , directora de cine y presidenta de la Asociación Andaluza de Mujeres de los Medios Audiovisuales; la diseñadora de moda Sara de Benítez ; la guitarrista clásica y ganadora de un Premio Grammy Latino, Mabel Millán ; y la pintora María José Ruiz .
Los grandes protagonistas de la Historia tienen nombre masculino. Y lo mismo sucede en la Historia del Arte , según defendieron creadoras como María José Ruiz o Mabel Millán, que expusieron cómo los grandes maestros que estudiaron durante su etapa formativa siempre fueron hombres. «Hacen falta referentes femeninos », expuso la guitarrista, en referencia a los dos ámbitos en los que trabaja: la música y el derecho. Como consecuencia, la mirada y la sensibilidad que han trascendido de forma mayoritaria han transmitido una forma muy concreta de ver el mundo: la de los hombres. «Hay temáticas que ellos nunca abordaron, y que no tuvieron entidad hasta que no llegaron las mujeres», explicó Aure Daza, que desde el IAM trata de visibilizar la literatura escrita por autoras.
Además, añadió cómo la «experiencia masculina» se ha vendido como algo universal, disfrutable por todos, mientras que la femenina -asuntos como la maternidad, o la violencia de género- parece estar dirigida exclusivamente a un público compuesto por mujeres. Lo mismo sucede en el terreno del cine . La directora Ana Rosa Diego apuntó que la obra de un creador se basa en gran parte en las vivencias personales del autor y en su conocimiento del mundo. Si no hay hueco para los productos audiovisuales hechos por creadoras se produce una pérdida de «representación», se silencian las historias que las mujeres viven y en las que las mujeres pueden verse reflejadas.
La presidenta de la Asociación Andaluza de Mujeres de los Medios Audiovisuales apuntó además a las cifras que evidencian la flagrante desigualdad que existe entre los hombres y las mujeres que se dedican a la cultura, que están muy lejos de la paridad buscada tanto en festivales como en palmareses, pasando por el propio día a día de la industria.
Un lento avance
En la misma línea se expresó Mabel Millán, que recordó cómo en infinidad de ocasiones se ha visto en los concursos «sola, rodeada de compañeros hombres» . Aprecia un esfuerzo de la industria cultural y los poderes públicos por equiparar la presencia de hombres y mujeres, algo que debería estar garantizado en base a la ley, pero advierte que avanza «despacio». Ruiz, por su parte, recordó que la desigualdad que han sufrido las artistas a lo largo de la historia se mantiene a día de hoy, y puso como ejemplo que «la cotización de la obra de pintoras es diez veces menor que la de los hombres».
Incluso en un mundo feminizado como el de la moda, en el que trabaja la diseñadora Sara de Benítez , pueden detectarse problemas de visibilidad. La mayoría de los grandes nombres de la moda son masculinos, igual que sucede en otro sector asociado a las mujeres en base a los roles de género tradicionales como el de la cocina. La diseñadora destacó, sin embargo, que en su caso ser mujer le juega a favor: «Hago la ropa que me gustaría ponerme yo y conozco el cuerpo de la mujer. A la hora de diseñar un traje de gitana, por ejemplo, pienso en cómo quiero que me siente pero también en las horas que hay que estar en la feria».