RELIGIÓN

La Virgen de Araceli levanta un mar de devoción por las calles de Lucena

Cada primer domingo de mayo la localidad se vuelca con su patrona, la «Madre Dulce y buena»

Procesión de la Virgen de Araceli por las calles de Lucena J. M. G.

J. M. G.

Si hay un domingo marcado en rojo en el calendario de Lucena es sin duda el primero domingo de mayo. El Día de la Madre es para la ciudad el de su Patrona, María Santísima de Araceli . Un día de reencuentro pero sobre todo un día de devoción a raudales. Cada primer domingo de mayo Lucena se vuelca la Virgen de Araceli , que convierte a la ciudad en el «velón de mil corazones» encendidos de amor por la «Madre Dulce y buena».

Una parroquia de San Mateo decorada con los miles de flores depositados a las plantas de la patrona en la tarde del sábado acogía la Función Religiosa , acto religioso que tiene mucho de ritual devocional, en el que resuenan cada año, a la misma hora y en el mismo lugar, los hermosísimos acordes de la Misa del Campo Andaluz creada por el compositor local Antonio Villa Álvarez de Sotomayor hace medio siglo y convertida con el paso del tiempo en un símbolo de la tradición aracelitana. Fueron dos horas de ceremonia religiosa concelebrada que presidió el Obispo de la Diócesis de Córdoba , Demetrio Fernández González .

Entre el público, junto a la presencia de la Aracelitana Mayor, Elvira Cruces y su corte de honor, buena parte de la corporación municipal, presidida por el alcalde, Juan Pérez , Junta de Gobierno, con su hermano mayor, Rafael Ramírez a la cabeza y representantes de distintas hermandades y colectivos lucentinos.

A las ocho de la tarde, la Virgen, vestida con la saya y manto«de las flores», fue «paseada» por la cuadrilla de santeros mandada por Jerónimo Jiménez , recogiendo el fervor de los lucentinos, expresado también en forma de miles de pétalos de flores cayendo desde los balcones y de fandangos aracelitanos.

Acompañaron a la Patrona de Lucena la Aracelitana Mayor y su corte de honor, Agrupación de Cofradías y cofradías filiales; la corporación municipal bajo mazas; representantes de la Policía Local, Guardia Civil y Cuerpo Nacional de Policía; del Colegio de Abogados y los juzgados de la ciudad; clero y un sinfín de fieles y promesas, alumbrando con sus velas y haciendo interminable el cortejo procesional.

Antes de entrar en el templo, se apagaban las luces de la Plaza Nueva y la Virgen se aproximaba a San Mateo , mientras empezaban a iluminar el cielo lucentino miles de cohetes, en una magnífica sinfonía de pólvora, humo, color y música , en un renovado alarde pirotécnico de treinta minutos de duración que incluyó algunas composiciones musicales aracelitanas específicamente diseñadas para la ocasión para ganar en sincronía y otras ajenas a la tradición local.

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