El vino de Córdoba con denominación Montilla-Moriles creció un 42% en 2019
El viñedo en la provincia es inferior en hectáreas respecto al año pasado, pero tiene una mayor calidad
La preocupante situación que vive desde hace años el viñedo en Córdoba se agravó durante 2019 , aunque hay algunos datos que invitan a cierto optimismo para el sector, como es el caso del crecimiento del vino calificado por la Denominación de Origen Protegida (DOP) de Montilla-Moriles , el crecimiento de las explotaciones con producciones que se caracterizan por una mayor excelencia y una mayor presencia en los mercados exteriores .
El número de hectáreas continuó cayendo el pasado ejercicio, así como la cifra de agricultores que se dedican a la vid en el Sur de la provincia. Organizaciones agrarias como Asaja llevan tiempo señalando que los precios que percibe los viticultores son mucho menos atractivos que los de otros productos, como es el caso del aceite de oliva , además de que se trata de un cultivo que requiere más cuidados y atención que otros.
El Consejo Regulador acaba de publicar su informe de balance de 2019, que recoge un pormenorizado análisis de la situación del sector al que ha tenido acceso ABC . Según el estudio, el número de hectáreas existentes el pasado año en los 16 municipios que forman parte del marco se quedó en las 4.814. Se trata de 30 menos que en 2018, lo que en términos relativos supone un descenso del 0,6 por ciento.
Estos dígitos son los más bajos en toda la serie histórica, al mismo tiempo que es la segunda vez que la superficie de viñedo en la zona de la DOP se queda por debajo de las 5.000 hectáreas. No obstante, hay motivos para cierta esperanza, ya que las plantaciones consideradas de calidad superior experimentaron un crecimiento interanual superior al 2 por ciento.
La tendencia en los últimos años ha estado marcada claramente por la pérdida de explotaciones de un cultivo con un gran arraigo histórico en Córdoba. En 2006 el marco estaba constituido por un total de 7.733 hectáreas, 2.919 más que en la actualidad. Esto supone que en un ciclo temporal de 13 años ha desaparecido cerca de un 38 por ciento del viñedo. La comparación es peor aún si se toma como referencia el momento más álgido de Montilla-Moriles a finales de los años 70 cuando se rozaban las 20.000 hectáreas productoras de vino.
Menos productores
Este escenario ha venido acompañado por una reducción de los agricultores que apuestan por este cultivo. Las estadísticas oficiales indican que el año pasado había contabilizados un total de 1.816 productores dentro de la DOP. En relación a 2018 hay 72 menos (-3,8%) y con respecto a hace un lustro hay registrados 335 menos (-15,5%).
El informe ofrece datos de cada una de las localidades que se integran en la zona de protección. La población líder tanto en superficie como en el número de viticultores es Montilla, que en 2019 contaba con un área de 1.842 hectáreas y se contabilizaban 719 viticultores. Le siguen a cierta distancia Aguilar de la Frontera, con 787 hectáreas y 308 productores; Moriles, con 395 hectáreas y 120 recolectores; Montemayor, con 355 hectáreas y 210 agricultores; y Cabra, con 333 hectáreas y 69 empresarios agrarios.
El presidente de la Sectorial de la Viña de Asaja , Juan Manuel Centella , resaltó que el 2019 se produjo una caída «más suave» de la superficie y del número de viticultores en relación a otros años. A su juicio, el escenario actual es consecuencia de la falta de rentabilidad de este producto y de que «se trata de un cultivo que requiere mucho sacrificio frente a otros, como es el caso del olivar, que se ha convertido en su gran rival».
Calificado
De todo el vino elaborado el año pasado se calificaron un total de 238.078 hectolitros, lo que supone en torno a un 42 por ciento más que en 2018. Hay que recordar que el caldo producido en el ejercicio anterior se corresponde con la vendimia de hace dos años, que alcanzó los 44,7 millones de kilos de uvas, un 25 por ciento más que la anterior. La última campaña terminó con una cosecha de 38,87 millones de kilos de fruto (-13%), según los datos oficiales del Consejo Regulador .
La variedad de caldo más amparado por la marca Montilla-Moriles fue la de los blancos, al acaparar más del 81 por ciento del total. Por detrás quedan los Pedro Ximénez , con algo más de un 13 por ciento, los jóvenes, con un 3,6 por ciento, y los mostos, con apenas cerca de un 2 por ciento. Las cooperativas produjeron el 65,3 por ciento del vino protegido, mientras que el resto fue elaborado por las bodegas.
Mejoraron las exportaciones, ya que hasta junio del pasado año se comercializaron vinos de Montilla-Moriles fuera de España por un valor de 1,33 millones de euros un 13,6 por ciento más que en 2018. La Unión Europea es el principal mercado exterior del marco, destacando países como Alemania, Países Bajos o Inglaterra. Más allá de la zona comunitaria toman protagonismo Estados Unidos y Canadá.
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