Viernes de jubilado

Las estatuas perdidas de Córdoba

El Ayuntamiento no haría mal en adquirir las obras malogradas de Marco Augusto Dueñas

Llegada a la Catedral de la Almudena de Madrid de obras de Marco Augusto Dueñas EFE
Javier Tafur

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He leído en un medio de comunicación cordobés que Marco Augusto Dueñas , ilustre escultor y paisano, ha ofrecido a nuestro ayuntamiento recuperar por un módico precio algunas de las estatuas que realizó por encargo de Rafael Gómez entre 2003 y 2008. En aquel tiempo, Sandokán estaba en la cumbre de su vanidad, a punto de morir de éxito, ya incurso en el caso Malaya. Su apoteosis ocurriría poco después, en 2011, cuando consiguió un resultado inaudito en las elecciones municipales que no supo digerir. De las obras , que se alumbraron para contribuir a la frustrada capitalidad cultural de la ciudad , nunca más se supo, tal vez porque algunos mezquinos pensarían que su único destino era compensar la vasta incultura del mecenas. Pero lo cierto es que se concluyeron cincuenta esculturas , de tres metros de altura cada una, que representaban a personajes que habían marcado la historia de Córdoba. Nada desdeñable supongo para la agenda de un ayuntamiento por perentoria que sea.

Dueñas es un artista en plenitud de facultades —nació en 1971— de estilo clásico, que trabaja el mármol con rara perfección. Vive entre Sotogrande y Pietrasanta , una idílica ciudad de la Toscana, muy cercana a Carrara , donde abundan los talleres escultóricos y donde él, en consecuencia, ha instalado el suyo. Carrara pone el mármol que Pietrasanta convierte en arte. Así ha sido al menos desde Miguel Ángel, que ya iba por allí a elegir los desbastes adecuados. Al diseño del genio renacentista se deben las gigantescas hornacinas del Vaticano, dos de la cuales están ocupadas por estatuas de Dueñas . Ningún otro escultor español tiene ese privilegio. La santa cordobesa Rafaela María del Sagrado Corazón es una de ellas. Dueñas también tiene obras monumentales en la Almudena, la catedral de Tortosa, Lisboa... Incluso es el autor de nuestro Claudio Marcelo, que espera escondido a que alguien lo descubra en esa calle a ninguna parte que el ayuntamiento cerró, mas que abrió, en el conjunto arqueológico del Templo Romano. No cabe duda, pues, de que es un artista reconocido internacionalmente, pero no tanto en su tierra. Lo cual, aún siendo consecuencia del refrán, necesita una explicación lógica. ¿No se la imaginan? ¿Se acuerdan ustedes de aquel busto de don Miguel Castillejo, a la entrada de Cajasur, que admiraba a los laicistas y sonrojaba a los católicos? Dueñas fue el responsable. Hay cosas que en esta Córdoba ingrata no se perdonan.

No obstante, el Ayuntamiento debería reconsiderar su aparente rechazo a adquirir las obras aludidas, al menos las veinte disponibles en Pietrasanta, que están en manos del cantero propietario de la materia prima, al que se le deben, según Dueñas , 300.000 euros por el desbaste. No parece una cantidad excesiva para una obra tan sólida y perdurable, sobre todo si consideramos que somos capaces de gastarnos más de 350.000 en una sola noche efímera.

No quedarían mal distribuidas por jardines, plazas y avenidas . Hasta se podría ensayar una ruta de las estatuas que aleccionara a los viandantes sobre la historia de Córdoba y fuera un complemento más de su turismo cultural . Espero que algún concejal diga algo al respecto.

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