CULTURA
El viento del olvido susurra por las ruinas de la vieja ciudad de Ategua en Córdoba
El enclave sigue abandonado por la Junta a pesar del compromiso adquirido hace dos años para impulsarlo
En Sandua aúlla el viento, escribió el poeta Ricardo Molina . Y eso mismo se puede decir de Ategua, el yacimiento del barrio cordobés de Santa Cruz en el que también aúlla el viento, pero en su caso el gélido viento del olvido. Y es que por la vieja ciudad, conocida por ser escenario decisivo en la guerra civil romana entre las facciones de Julio César y de Pompeyo , los años pasan, pasan y pasan mientras que la Junta de Andalucía, propietaria y presunta garante de la conservación, se mantiene inmutable en su larga inacción . Más de dos años se cumplen del convenio marco que la administración autonómica firmó, con Rosa Aguilar como consejera, para impulsar la conservación y estudio del yacimiento.
De allí nada salió, principalmente porque el convenio no gozó de dotación económica explícita , y lo único que queda de aquel gesto son las fotos y las sonrisas de un momento vacío de realidades . Lo mismo se puede decir de la declaración de Bien de Interés Cultural, que sucedió hace 13 años y no ha servido para revertir la situación que padece esta vieja ciudad fundada en la Edad del Bronce y de la que se sabe que estuvo habitada hasta el siglo XIV .
Los que sí se mantienen firmes en su tarea son los miembros de la admirable Asociación Cultural Amigos de Ategua , que hacen lo que pueden con las ayudas que les concede la Diputación, única administración que parece tomarse en serio el asunto. La sensaciones, aún así, son pésimas. El presidente del colectivo, Antonio Osuna, un luchador por su tierra como hay pocos , reconoce que el yacimiento está «peor que nunca» , cada vez más deteriorado y convertido en campo abierto para los expoliadores.
El reto de ser visitable
Su principal objetivo actualmente es lograr que el yacimiento sea visitable, pero por ahora no existe ni siquiera un proyecto al respecto . «Por aquí ha pasado todo el mundo, desde la hoy vicepresidenta del Gobierno Carmen Calvo hasta el actual presidente del Parlamento andaluz Juan Pablo Durán, y, aunque todos han hecho promesas nunca nadie las ha cumplido», asegura.
La situación del yacimiento suscita en tales circunstancias la melancolía por lo que puede ser y no es. Situados en una loma, los restos de la vieja ciudad se encuentran hoy acotados en parte por una valla perimetral, por supuesto cerrada al visitante salvo que se tramite previamente la correspondiente petición. Las alambradas, que a menudo aparecen agujereadas por los expoliadores , según cuentan desde la asociación, no circundan sin embargo todo el yacimiento, sino la parte superior del mismo, por lo que se encuentran restos de culturas pasadas por aquí y por allá y a considerable distancia de la valla. Las últimas intervenciones, financiadas por la Diputación, se han realizado de hecho fuera del perímetro y a raíz de unas lluvias que en 2010 dejaron al descubierto canalizaciones y otros elementos urbanísticos del periodo romano de la vieja Ategua. José María Serrano, célebre escultor santacruceño y secretario del colectivo que agrupa a los amigos del yacimiento, reconoce que pasear por la zona es toda una experiencia, pues entre los olivares se pueden ver las minas de las que las antiguas civilizaciones sacaban el material necesario para construir, como es el caso de la zona conocida como La Raja de Teba , que se usa para la escalada. El artista se lamenta sin embargo de que en Ategua «todo está aún por hacer».
Más por saber de Ategua
Los primeros estudios serios sobre este yacimiento se elaboraron durante el franquismo, gracias a historiadores como el gallego Antonio Blanco Freijeiro , que, tras visitar en los años 60 la zona junto a Juan Bernier, vinculó estos restos con la Ategua que aparece en el «Bellum Hispaniense» y en la «Historia romana» de Dion Casio, crónicas que relatan, entre otros avatares, la última etapa de los enfrentamientos entre Julio César y las tropas que seguían fieles a la facción pompeyana una vez muerto Pompeyo el Grande. Más tarde, e n los años 80 del siglo XX, llegaron las campañas de excavaciones, que dirigió Martín Bueno y que permitieron hacerse una idea de lo que fue la ciudad a lo largo de su historia, aunque el estudio fue parcial y su desarrollo en cuanto a investigación quedó muy incompleto .
Desde entonces hasta ahora no se ha excavado, aunque en los 90 se desarrollaron trabajos de mantenimiento e investigación por parte de la Universidad de Córdoba y a cargo de José Clemente. También se han publicado algunos estudios de Luis Alberto López Palomo o de María del Camino Fuentes , coordinadora de la Red Andaluza de Enclaves Culturales de Córdoba y Sevilla y responsable del yacimiento, que este mismo año anunció la elaboración de un estudio sobre el arranque y el ocaso de Ategua del que nada nuevo se sabe por ahora.
De todos estos trabajos lo que se sustancia es que Ategua comenzó a poblarse en el tercer milenio antes de Cristo y que es una ciudad superpuesta en la que los testimonios de diversas culturas -ibérica, romana, árabe o cristiana medieval- se fueron acumulando. De esos periodos quedan restos en forma de torres, murallas, cimientos de viviendas, colectores, cisternas y termas o un zoco , además de innumerables fragmentos de cerámica, monedas y de útiles cotidianos de cada una de esas culturas.