SALUD

Vidas destruidas por «el bicho» del Reina Sofía de Córdoba

Los familiares de Rosi, Juan Carlos y María del Carmen habrían sobrevivido de no ser por la klebsiella

Juan Carlos, María del Carmen y Rosi en la Plaza de las Tendillas VALERIO MERINO

I. C.

El hermano de Juan Carlos Jiménez se estaba recuperando de una leucemia cuando en su camino se cruzó la klebsiella. La madre de Rosi Bedmar acudió al centro hospitalario para someterse a una intervención cardiovascular que se le realizó sin complicaciones y murió «comida de bichos». María del Carmen Bueno vio cómo empeoraba por momentos el estado de salud de su padre después de una exitosa reparación valvular . Son familiares de las víctimas de la klebsiella, que han observado impotentes como una bacteria oportunista le arrancaba la vida a sus seres queridos sin que los médicos pudieran hacer ya nada por evitarlo.

Confianza en el personal médico

Rosi Bedmar recuerda nítidamente algunas de las últimas palabras que dedicó a su madre: « Tranquila, estás en uno de los mejores hospitales de España ». Fue antes de que entrara a quirófano. Tal y como ella había predicho, la operación salió a pedir de boca. Sin embargo, el delicado estado de salud de una paciente recién operada bastó para que hasta seis bacterias diferentes acabaran con su vida. Entre ellas, el «bicho», como lo llamaban los facultativos.

Su indignación no va contra el personal médico, «que hizo un trabajo espectacular», sino contra la gerencia del hospital , que «se reparte un millón y medio en productividad mientras permite que siga habiendo recortes en lo más básico». Esa es la misma idea que sostienen los otros dos afectados, que consideran que sus familiares «no tendrían que haber fallecido» y que el hospital «pudo hacer más» por evitar los contagios.

Juan Carlos Jiménez vio a su hermano de 49 años superar una leucemia -estaba en el último ciclo de quimioterapia cuando se infectó- para después apagarse. «Según ellos -los médicos- la klebsiella sólo complicó su situación. Pero podía haberse evitado si no hubiera compartido habitación con una persona que la tenía, y entonces estaría vivo». Critica la falta de información que sufrieron en el hospital, algo que constata el siguiente caso.

La bacteria que no debe ser nombrada

El padre de María del Carmen Bueno se sometió a más de una operación a vida o muerte antes de que sus síntomas empezaran a preocupar a los facultativos del Reina Sofía. «Le hicieron cultivos y no daban con lo que era», afirma. «Repetían que había tenido muy mala suerte. Que había cogido un bichito. Que iban a ponerle todos los antibóticos que tenían en el hospital. Pero no sirvió de nada», y su padre falleció ante la incredulidad de una familia que le había visto salir vivo de una compleja operación.

Sólo cuando su aseguradora les solicitó documentacion e informes médicos dieron con la palabra « klebsiella », el bicho que no debe ser nombrado. Todo ello, sumado a la certeza de que las muertes de sus familiares se podrían haber evitado de haber puesto medios contra los contagios han llevado a estos y otros miembros de la Asociación de Afectados por la Klebsiella a denunciar sus casos en los tribunales. «En el Reina Sofía sigue habiendo infectados», aseguran, ante lo que piden medidas efectivas y urgentes para que la bacteria deje de cruzarse en el camino de personas que, como sus familiares, estaban destinadas a curarse.

Noticias relacionadas

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación