PRETÉTITO IMPERFECTO
La vida entre líneas
Seguiremos con el encomiable esfuerzo de todos, el compromiso de nuestra vocación y bajo el único credo del periodismo
La vida interna de un periódico es un intercambiador de vidas. Un apeadero de historias que llegan y se marchan. Nunca hay dos días iguales y el periodista intenta regular el tráfico de hechos y sentimientos con la mejor asepsia y rigor para que todos los interesados desemboquen en sus destinos y la vocación que encierra cumpla su verdadero servicio. A veces nos equivocamos. En ocasiones cuesta entendernos. Y de cuando en cuando, alguien nos da una palmadita en la espalda. La vida interna de un periódico cuenta la vida de otros mientras que la nuestra propia se mezcla entre líneas de manera discreta a golpe de teclas y letras. La aparcamos en una percha y la cogemos para abrigarnos cuando hace demasiado frío y terminamos la faena. Con los mismos ojos que miramos fuera, rebuscamos por dentro. Estamos tan acostumbrados al ruido, nos gusta tanto el ruido, que cuando concurre el silencio nos sentimos extraños, descubrimos lo que realmente somos y alcanzamos a medir de manera gruesa lo que hemos hecho. Geometría melancólica. Nos juzgamos a sí mismos y podemos percibir esa vida que se va escapando entre teclas y letras y que nos acompaña como una sombra.
Cuando un periódico cumple años ocurre algo parecido. El ruido diario cesa y se hace un confortable silencio que permite separar unas vidas de otras como si se marcara una raya en el agua. En ABC Córdoba estamos de celebración porque hemos alcanzado esta semana los veinte años de vida y queremos compartirlo, si no les importa, un ratito con Córdoba . Veinte años de vidas entre líneas. Y permítanme que en este breve espacio de silencio cometa la inmodestia de hablarles de la vida interna de un periódico que sigue latiendo con mucha fuerza desde el corazón de Córdoba y sólo para Córdoba, y que ha logrado abrir de par en par una ventana que proporciona una mirada profunda y distinta a la realidad de una ciudad y provincia que merecen mucho más. Entre otros motivos, porque así se lo ganan cada mañana cuando levantan la persiana de sus afanes y luchan por mejorar su tierra.
Empleamos un símil con frecuencia que nos enorgullece para explicar lo que es ABC Córdoba : la rama más joven de un árbol centenario. ABC, con 117 años en sus espaldas —decano de la prensa nacional— y la auténtica Casa del periodismo con sus inalterables principios editoriales, quiso que brotara en estos lares un proyecto editorial distinto, con una singularidad y un alma propias. Que permitiera a los cordobeses una lectura progresiva de su mundo y su proximidad en un solo giro de cabeza, en apenas unos movimientos de muñeca..., o de clics. Y la rama creció y fue tomando sus derivadas para ganar su propio espacio y hacerse fuerte frente a cualquier inclemencia o adversidad. Y gracias a todos ustedes, que fueron regando nuestro trabajo desde el primer día con la confianza imprescindible y la savia vital del crédito profesional. Y en ello seguimos y seguiremos con la mejor de nuestras voluntades, con el esfuerzo encomiable de todos y cada uno de los que fueron, son y serán —con el vivo recuerdo de nuestro compañero Antonio Muñoz siempre presente — una parte alicuota de este proyecto. Con el compromiso que afianza nuestra vocación, que a veces es puro sacerdocio. Con el único mandamiento de la información y bajo el único credo posible del periodismo. Moleste a quien moleste. En unos tiempos revueltos en los que la figura del periodista es tan fundamental como cuestionada en el nuevo tablero tecnológico y viral. Y, mientras tanto, las vidas seguirán pasando entre líneas...
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