Apuntes al margen

El viaje de Angelo

La Policía belga devolvió a ambos a México como si fuesen inmigrantes irregulares

Angelo con su madre, en una imagen de archivo ABC

Rafael Ruiz

Sólo la feliz resolución del caso de Angelo , el crío de Puente Genil que estuvo supuestamente sustraído por su padre durante nueve meses, puede ocultar que se ha cometido un error por parte de los servicios de seguridad europeos y, en concreto, de Bélgica , que últimamente está acreditando un comportamiento en la aplicación de las órdenes europeas que es digno de mención. Lo importante, insistamos, es que el niño está sano y salvo, de vuelta con su madre y que, según han explicado todas las fuentes oficiales y oficiosas, las cosas han salido, pese al sufrimiento , bien.

Si todas las versiones conocidas son correctas, en algún momento durante una visita paterna al niño (los padres estaban teniendo un tumultuoso divorcio), el cordobés Rafael Jiménez decidió no devolver el crío a su madre y emprender una huida. Los datos apuntan a que logró salir del país de residencia de ambos, el Reino Unido , hacia un destino del continente americano que es, también según todos los indicios, México .

Sobre el padre, pesaba una orden europea de detención dado que todas las policías internacionales estaban alertadas de la desaparición del menor. Ante cualquier entrada en suelo europeo, se supone que existen ya los mecanismos tecnológicos necesarios para que alguien en estas circunstancias sea localizado, arrestado y puesto a disposición de un juzgado, donde se le tome testimonio asistido por un abogado .

Padre e hijo tomaron hace escasos días un avión en la ciudad de Cancún , un destino turístico muy frecuentado con un aeropuerto internacional de primer nivel, para viajar hasta Bruselas . La Policía belga detectó que el hombre y el menor viajaban con lo que parecían unos pasaportes simulados. A pesar de que existía una euroorden de arresto, y que una de las personas implicadas en el incidente era un niño, lo que hicieron fue subirlo en el primer avión de vuelta a México. La policía fronteriza belga largó a ambos como si fuesen inmigrantes ilegales.

Fueron las fuerzas policiales del país centroamericano las que se pusieron en contacto con la policía que lleva el caso, la inglesa, y gestionaron un visado especial hasta Madrid donde el vecino de Puente Genil fue arrestado, el niño entregado a su madre nueve meses después y se pudo iniciar el procedimiento de extradición al Reino Unido que es donde, supuestamente, se habría cometido el delito.

Las órdenes europeas de detención nacieron hace ya veinte años para evitar los procesos tradicionales de extradición con el propósito de establecer un espacio judicial europeo en el que no fuese posible eludir la acción de la justicia cuando se había cometido un delito. Todo el debate que se ha organizado ante la situación de la misma tiene que ver con la respuesta dada a la situación del expresidente Puigdemont y de los antiguos consejeros de la Generalitat que se encuentran huidos de la acción del Tribunal Supremo y de otros órganos jurisdiccionales. Algunos partidos propusieron una reforma a fondo con el objetivo de evitar que casos como el del político independentista catalán pudieran volver a repetirse.

El viaje de Angelo , devuelto a México cuando estaba siendo buscado por las policías de toda Europa, demuestra que algunas de las determinaciones de la puesta en práctica de esa supuesta cooperación policial en la UE tienen que auditarse, al menos, para evitar fallos colosales como éste. Con la suerte de que el niño ha llegado sano y salvo a su casa. Cuando podría haber sido que no.

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