Verso suelto
Cariño cofrade
Quién les iba a contar a los comerciantes del Centro de Córdoba que echarían de menos tanto las procesiones
ESTÁN los comerciantes del Centro de Córdoba que asustan con tanto cariño a las cofradías . Quién les iba a contar a ellos que echarían de menos tanto las procesiones y a esa gente pesada que saca a las imágenes una vez al año y de vez en cuando llega pidiendo alguna colaboración. Siempre hubo tiendas comprometidas con la Semana Santa que ponían su publicidad en los libritos de los itinerarios y los repartían, y hasta algún escaparate con algo de buen gusto, pero lo de este tristísimo 2021 recuerda un poco a aquellas muchachas guapas y displicentes que tienen un admirador al que no hacen caso y que un día, cuando el buen hombre se ha cansado y se ha buscado otra que sí le pone ojitos, se mueren de celos y empiezan a pensar que el tipo aquel tanto no la querría si ha terminado por cansarse.
El intento de este año merece admiración y desde luego el aplauso de muchos lugares, pero tiene un poco del oportunismo de recordar a Santa Lucía cuando la vista está cansada o a San Cristóbal cuando hay que cruzarse España en coche. Los chistes sobre las manías de llenar las calles de cera , las quejas de que los nazarenos no dejan entrar a las tiendas y la gente a la que se despide vacía cuando piden algo que no sea los buenos días este año se han convertido en homenajes y en los deseos de que pronto vuelvan a estar en la calle esa gente que bloquea el tráfico y de vez en cuando hasta logra que alguien colabore con ellos.
El paso no lo han dado, de todas formas, quienes más facturan cuando las cofradías están en la calle. Los hoteles no están para nada con tanto cierre perimetral y los restaurantes tienen las terrazas llenas de gente que ni piensa en ponerse la mascarilla. Mal no les vendría en algunos barrios una noche con una cofradía que va de vuelta y deja un largo reguero de cofrades satisfechos de lo que han visto, pero ahora mismo parecen capear aunque lleven un año para el desastre.
Si después de estos días de tanto desfase en los bares llega otra ola y vuelven los cierres a media tarde igual se acuerdan de los buenos tiempos en que una cofradía les obligaba a quitar veladores un momento y todavía serán capaces de pedir una extraordinaria o una magna de reconstrucción económica.
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