Verdes, inmaduros y ciegos

No seré yo el que compare los métodos de enseñanza actuales con los que se aplicaban en mi infancia. Pero afirmo que algunas cosas que se han perdido serían muy convenientes en la actualidad. Recuerdo las lecturas y comentarios que hacíamos en clase sobre las fábulas . Cuentos cortos que forman a las personas en valores. Una de estas fábulas, «La zorra y las uvas» atribuida a Samaniego , me sirve para comentar algunas cosas.

Paseaba sedienta una torpe y vaga zorra cuando descubrió, en un huerto al borde del camino, una parra de la que colgaban tentadores racimos de uvas . Pensó que si el viñador estaba distraído era la oportunidad de saciar su sed. Saltó una y mil veces para hacerse con los racimos, pero fue inútil. No estaba preparada para saltar tan alto. Harta y cansada de tanto esfuerzo se alejó diciendo: ¡No me interesan!¡Las uvas están verdes! Esta fábula nos enseña que nunca es bueno culpar a los demás de nuestras limitaciones e ineptitudes . Mucho menos, descalificar a quienes honradamente consiguieron aquello que nosotros no fuimos capaces de alcanzar.

Tres noticias recientes atraen mi atención en este sentido. La primera, por lo que de personal tiene, es el hervidero de críticas que ha recibido el empresario Amancio Ortega en las redes sociales. Todos sabemos quiénes las hacen. Lo que no tenemos claro es la causa de tanto rencor o envidia. Cuando se atrevan a decir abiertamente sus razones podremos dar nuestra opinión sobre las mismas. Mientras tanto, ¡ni caso! Como decía Pío Baroja «dejemos las conclusiones para los idiotas ». La segunda me llega a través de los medios. En un turístico barrio de Granada unos energúmenos convierten en botellón la celebración de la fiesta de la Cruz. Obligando a cerrar comercios, destrozando mobiliario urbano, haciendo sus necesidades en fachadas y soportales y ofendiendo a quienes sólo ejercen su legítimo derecho a trabajar. Quienes así actúan ni saben lo que es una empresa, ni han pagado impuestos en su vida. La tercera noticia nos informa que los museos y monumentos cuya gestión depende del Ayuntamiento de Córdoba , han permanecido cerrados aquellos días en los que la ciudad recibe el mayor número de turistas. En un intento de justificar su incapacidad para solucionar ese problema, un responsable político manifiesta que no es necesario abrirlos porque los turistas vienen de todas formas ¡Manda narices!

Ya me dirán ustedes si no son provechosas las fabulas. Nuestros jóvenes encontrarían en ellas razones para decir a quien corresponda que en España y de manera muy especial en Córdoba, las uvas son de mucha calidad y están en su punto. Quienes están verdes, inmaduros y ciegos son aquellos que no saben o no se atreven, a enfrentarse a situaciones y problemas que perjudican mucho nuestro futuro.