AGRICULTURA

La vendimia de Montilla-Moriles cierra su tercer año con caída de producción, un 25% menos esta campaña

La ola de calor y la sequía están tras la bajada de la producción, más alta de lo que marcaban las previsiones iniciales

Recogida de la uva en un viñedo de Montilla-Moriles Valerio Merino

Pablo Cruz

La pérdida de superficie y la reducción del número de viticultores han sido dos de las principales características que han acompañado a la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles en los últimos años. Estos aspectos se están dejando notar en las cosechas que se han obtenido en los veranos precedentes, que van desciendo, aunque en esta ocasión la merma de producción ha sido mayor debido a los efectos de la falta de lluvias. Todo ello en un escenario de incertidumbre de los mercados y cierta recuperación del canal Horeca (hostelería, restauración y catering) tras relajarse las restricciones derivadas de la pandemia.

Consejo Regulador, cooperativas, bodegas, organizaciones agrarias y Junta de Andalucía coinciden en señalar que la campaña, que comenzó a finales de julio y que está prácticamente terminada, se ha saldado con una bajada de la cosecha de uva que, según los interlocutores consultados por ABC, ronda entre el 20 y el 25 por ciento, situándose la cifra total desde los 27,5 hasta lo s 29 millones de kilos de fruto . Al inicio de las labores en los viñedos se esperaba un decrecimiento del 15 por ciento.

De este modo, el marco encadena tres ejercicios consecutivos de caída de sus producciones, aunque esas disminuciones fueron inferiores a las de esta temporada al quedarse en un 13 y en un 6 por ciento, respectivamente. Los datos oficiales recogidos por el Consejo Regulador señalan que hasta el pasado 5 de septiembre se habían recolectad o 27,1 millones de kilos de uva, aunque se espera que esa cuantía sea algo superior cuando se cierre definitivamente la campaña.

El secretario general del Consejo Regulador de Montilla-Moriles, Enrique Garrido , afirmó que ya se ha completado el 95 por ciento de la vendimia, de modo que se dará por concluida a lo largo de esta semana. Sus estimaciones son que la cosecha se habrá reducido más de un 20 por ciento con respecto al año pasado. «El golpe de calor y el aire caliente de mediados de agosto han sido los causantes de esta menor producción, algo que contrasta con el inicio de la temporada cuando las noches eran frescas y eso contribuía al desarrollo del fruto», explicó este representante de la DOP.

Eso sí, Garrido se mostró más optimista con la evolución del mercado y sus pretensiones son que se recuperen los niveles de ventas previos a la pandemia, aunque «los continuos cambios en las disposiciones legales en relación a la apertura de locales de ocio y de restauración están alargando la llegada de la tan deseada estabilización de los mercados ».

Exceso de estocaje

«La vendimia ha terminado con una producción un 25 por ciento inferior aproximadamente, aunque la calidad es magnífica, lo que nos permitirá elaborar unos vinos excelentes». Así lo aseguró el presidente de la Cooperativa La Aurora, Antonio López , quien señaló que la bajada de la uva recolectada ha venido causada por las escasas lluvias registradas, sobre todo en primavera, y la ola de calor que hubo a mediados de agosto, «aunque eso ha servido para que en las explotaciones apenas haya habido enfermedades y plagas».

Respecto a los mercados, este directivo explicó que en sus instalaciones cuentan con unas cantidades de vino más elevadas de lo habitual como consecuencia de la crisis sanitaria derivada del Covid-19, lo que ha traído consigo una tendencia a la baja de los precios. No obstante, López espera que este escenario cambie debido a las menores cosechas en la mayoría de las zonas vitivinícolas españolas y europeas .

El máximo responsable del Grupo Pérez-Barquero, Rafael Córdoba, colocó el descenso de la uva recogida en un 20 por ciento, el doble de lo estimado en julio. Según afirmó, «la ola de calor en agosto y, más aún, las ráfagas de aire caliente que se registraron en algunos días del mes pasado produjeron una fuerte deshidratación de la uva , con las consiguientes mermas de cantidad». Estos efectos se notaron menos en las variedades más tempranas como el verdejo o moscatel al recolectarse en julio.

Córdoba prefirió optar por el optimismo a la hora de hacer su análisis de la situación actual de la comercialización. «En la medida que se van liberando las restricciones en el canal Horeca, se van normalizando las ventas en este ámbito, que era el más afectado, algo que ocurre también con los mercados exteriores, aunque es necesario que se generalice la vacunación en determinados países con índices de inmunización aún muy bajos », aseveró el empresario.

Esta cosecha más reducida no ha tenido su traslado a los precios que perciben los viticultores, según recalcó el presidente de la Sectorial de la Viña de Asaja en Córdoba, Juan Manuel Centella , quien detalló que las cotizaciones se han mantenido en los niveles de 2020 por parte de las bodegas, con cuantías entre los 0,34 y los 0,39 euros por kilo, «lo que acentúa más la crisis que estamos sufriendo desde hace años, ya que estos precios no están acordes al descenso de la producción y la buena calidad de lo recolectado».

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