Agricultura

La vendimia Montilla-Moriles acaba con menos producción y una caída del 15% en los precios

El sector alerta que la escasa rentabilidad de este año puede hacer desaparecer muchos viñedos

Recolección de la uva en un viñedo del marco Montilla-Moriles V. Merino

P. Cruz

Hace poco finalizó la vendimia 2020 y las sensaciones entre los viticultores y el propio Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP) de Montilla-Moriles no son demasiado positivas por la menor cosecha registrada en esta ocasión, la caída de los precios y por la complicada situación de los mercados, sobre todo los ligados a la hostelería, debido a los efectos de la crisis sanitaria del Covid-19 .

El director gerente del órgano gestor del marco, Enrique Garrido , aseguró a ABC que la campaña ha sido «completamente atípica» puesto que a la situación actual marcada por la pandemia se le suma la indefinición de la producción con la que ha concluido la temporada de recolección. Hay que recordar que al inicio de las labores de recolección, que tuvo lugar sobre el 20 de julio, desde el Consejo Regulador se preveía una cosecha total este año de entre 40 y 42 millones de kilos de uva, frente a los 38,87 millones que se registraron en el ejercicio anterior, lo que hubiera supuesto un crecimiento de entre el 3 y el 8 por ciento.

La DOP indica que la vendimia acabó el pasado 30 de septiembre con unas cifras totales de 35,98 millones de kilos de uva. Garrido afirmó que esa producción no ha sido la definitiva, ya que en días posteriores se le ha sumado lo recogido en algunas parcelas que estaban pendientes, llegando, en este caso, a superar los 36 millones. Sea como fuere se trata de un descenso que podría situarse en un 7 por ciento respecto al balance de 2019, que ya fue un año negativo en este sentido.

El directivo achacó que no se hayan cumplido las primeras estimaciones al fuerte calor que hubo en las primeras semanas de agosto, una circunstancia que, a su juicio, impidió que los frutos de las vides se desarrollasen adecuadamente y que alcanzasen la graduación necesaria. No obstante, aseguró que la calidad de la cosecha ha sido «extraordinaria».

Las bodegas y las cooperativas del marco siguen notando un menor índice de ventas por la influencia directa de la pandemia. Garrido detalló que la bajada de la comercialización de los caldos ha descendido un 10 por ciento en los últimos dos meses, una cifra muy por debajo del 50 por ciento de pérdidas que este representante del Consejo Regulador esperaba hace poco tiempo. En esta merma ha sido decisiva la bajada del 40 por ciento de la facturación del canal horeca (hostelería, restauración y catering), «una caída que se ha visto compensada con un aumento del 10 por ciento del canal retail (supermercados, hipermercados y tiendas), según explicó.

Riesgo de desaparición

Por su parte, el presidente de la Sectorial de la Viña de Asaja en Córdoba, Juan Manuel Centella , calificó de «inesperada» la caída de la cosecha y mostró su preocupación por el descenso en un 40 por ciento de la cantidad de uva tinta recogida, algo que, desde su punto de vista, es consecuencia del arranque de vides de esta variedad por su baja rentabilidad.

Y alertó de la disminución del 15 por ciento de los precios que han percibido este año los viticultores. «Si esto sigue así la tendencia de desaparición de superficie de viñedos en Montilla-Moriles no sólo no se parará, sino que puede recrudecerse hasta llegar a perder un 5 por ciento de superficie en el próximo año», aseguró Centella, quien indicó que «mientras no haya precios atractivos para los productores esta situación no cambiará»

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