PATRIMONIO

Veinticinco opiniones para mejorar el Casco Histórico de Córdoba en el 25 aniversario del sello Unesco

Personas y entidades que viven y trabajan en la zona patrimonial analizan sus debilidades y retos

I. C. / L. M.

Cuando se habla del Casco Histórico de Córdoba , se suele decir de él que es un Casco «vivo». A diario lo transitan los turistas que llegan de otras partes del mundo a conocer sus encantos, pero también es un barrio más de la ciudad habitado por vecinos, y una zona comercial con establecimientos de hostelería y tiendas. Es un lugar de trabajo para quienes se encargan de guiar a los visitantes y para los que rinden tras los mostradores de sus negocios, un espacio de estudio y un camino de paso para los que van al Centro desde el sur de la ciudad. Con motivo del 25 aniversario de su declaración como Patrimonio Histórico , ABC Córdoba ha reunido 25 voces que conocen de sobra sus luces y sus sombras para analizar sus fortalezas y poner en el foco los retos de su futuro.

Entre ellos hay hosteleros. Algunos históricos, otros recién llegados. Rafael Guzmán, de Bodegas Guzmán , valora lo cuidado que está el entorno y celebra que proyecte la imagen de Córdoba a través del mundo. Como aspecto a cuidar, destaca la importancia de evitar que los vecinos abandonen el Casco para que no peligre su esencia. Lo mismo opina Rafael Morales, de El Churrasco , que dice que pese a su monumentalidad y encanto se ha convertido en un lugar incómodo para vivir que «se queda para el turismo». Para la hostelería es, sin embargo, un lugar lleno de virtudes. Así lo expresa Adrián Caballero, del restaurante Regadera , al que la ubicación inmejorable del Casco le empuja a ofrecer «una gastronomía a la altura del entorno que nos rodea». Eso sí, advierte de los riesgos que puede conllevar que los proyectos pendientes caigan en el olvido. Y pone el foco en el río, que debe ser transitable y sacar provecho a sus riquezas naturales. El dueño del Bar Lucas , Rafael Lucas Gómez, destaca cómo el Cabildo y los cordobeses mantienen y cuidan el patrimonio aunque «pediría a los vecinos que ayudaran más con la limpieza».

La limpieza y la conservación de los hitos patrimoniales sacan buena nota en el análisis

El nuevo director del Instituo Andaluz del Patrimonio Histórico Andaluz es residente del Casco Histórico. Y como tal, Juan José Primo Jurado reivindica mejoras que repercutan en la calidad de vida de sus vecinos. En la misma dirección apuntan otros de los encuestados, como el arquitecto Arturo Ramírez , que entre las causas de la despoblación destaca «la falta de dinero para su rehabilitación y la engorrosa tramitación urbanística». Advierte además sobre una «presión turística de consumo» que puede dañar valores tradicionales, creando falsas escenografías. El artista Camilo Huéscar , que también tiene su hogar en el Casco, también alerta sobre el número de casas vacías que han sido sustituidas por apartamentos. Sobre ese riesgo de «congestión» turística pone el acento Ana Flórez de Quiñones , propietaria de las Casas de Doña Concha , que sin embargo celebra cómo ha mejorado un Casco que era «triste y tenebroso y ahora es un foco de alegría».

De la despoblación advierten también vecinos y dueños de patios. Una de ellas es Basilia Bolaños , que cada mes de mayo muestra las flores que cuida en Judíos, 6, y aunque está encantada de vivir en esta zona tranquila lamenta que cada vez tiene menos vecinos. Y es que la zona protegida se convierte a veces en un lugar poco cómodo para los habitantes, sobre todo en épocas de masificación turística. Lo dice Carmen Guisado , de Cáritas del Sagrario, que sin embargo destaca cómo ha ganado una zona que antes estaba deprimida. Su belleza y su historia son algo de lo que presume allá donde va Manuel Ramos Gil , propietario de la Casa de las Cabezas, que lamenta que el Casco haya estado sumido en un profundo abandono a lo largo de tantos años. No en vano es una zona urbana única en el mundo. Así lo expresa el deán del Cabildo , Miguel Pérez Moya, que urge a «mantener su integridad y hacer compatibles sus usos».

Alertan de la despoblación de una zona que es, además de un icono turístico, un barrio más de la ciudad

La conservación del espacio histórico saca buena nota en la absoluta mayoría de los participantes en este sondeo. El director de la Casa de Sefarad , Sebastián de la Obra, cree que «la huella urbana se ha mantenido muy fiel en el tiempo» aunque lamenta que «a las seis está vacío» y el efecto de la contaminación visual de la señalética. También lo menciona una persona que a diario recorre el Casco mostrando sus virtudes a grupos de turistas. El guía Miguel Arroyo apunta a esos carteles publicitarios que salpican las fachadas y también pide más esfuerzos para una correcta interpretación del Alcázar de los Reyes Cristianos. De acompañar a los turistas por el Casco sabe también Juan Miguel Lozano , cochero, que reconoce mejoras en limpieza y seguridad. Antes, dice, «había muchos tirones».

Comerciantes como María de los Ángeles Molina ven la Judería «limpia, cuidada y segura, es un tesoro». Otros, como Miguel Martínez , creen que el deterioro está creciendo a pasos agigantados entre las casas vacías. La artesana de joyería Ana López reclama más atención a los oficios tradicionales a la vez que admite que el Casco ha ganado en limpieza y seguridad. Tras el mostrador de la histórica Sombrerería Rusi , Mario Roldán felicita a Sadeco por el trabajo que realiza para mantener limpia la zona, aunque admite que el tráfico en el Casco es un caos. De tráfico sabe bien Miguel Ruano , presidente de la asociación del taxi de Córdoba, que considera que las restricciones de movilidad se han hecho con buen criterio. Apunta a implementar mejoras estéticas pendientes, como el cuidado de las fachadas o el soterramiento de contenedores.

La contaminación visual y el abandono de viviendas centran las críticas a la gestión del Casco

El Casco es, además, un lugar de estudio para los alumnos de la Facultad de Filosofía y Letras . Su decano, Ricardo Córdoba de la Llave , celebra poder instalarse en un entorno tan vinculado a los estudios que ofrece la institución académica, aunque reconoce las limitaciones de un edificio tan antiguo como el del antiguo Hospital del Cardenal Salazar. La directora del Museo Arqueológico , Dolores Baena , destaca el nivel de difusión y conocimiento logrado en las últimas décadas pero invita a trabajar con ambición para extender el sello de la Unesco al resto del Casco Histórico. Falta, recuerda, un plan de gestión que garantice su protección en el futuro.

Junto a la Mezquita-Catedral se extiende el Palacio de Congresos , en cuyo nombre habla Francisco López para destacar lo beneficioso que es para su actividad enclavarse en esta zona de la ciudad. Sin embargo, plantearía cambios en el acceso del tráfico rodado para cuestiones concretas como el montaje y desmontaje de eventos. Dentro del Casco se encuentran también las Caballerizas Reales, que sirven de sede a Córdoba Ecuestre . Su presidente, Rafael Blanco, valora cómo la zona patrimonial «proyecta la marca Córdoba y su realidad multicultural» pero insta a los poderes públicos a trabajar para lograr un equilibrio entre el turismo y los vecinos. El Ayuntamiento, a su juicio, debe ser un mediador. Una opinión que comparte la presidenta de la asociación vecinal La Medina , Lourdes Martínez. Aunque está feliz con la vida «de pueblo» que tiene el Casco, señala las dificultades que encuentran muchos cordobeses para comprar una vivienda en la zona por su elevado precio y las complicaciones que surgen a quien quiere hacer una obra o, simplemente, pintar una fachada. Cree que se deberían dar facilidades si se quiere mantener a la vecindad en un Casco que, aunque esté vivo, «empieza a oler a muerto».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación